La vida está hecha de decisiones, decisiones de todo tipo… desde las que no representan mayor complicación, hasta aquellas que definirán, en gran parte, el rumbo de nuestras vidas. Hay decisiones sencillas y decisiones difíciles… decisiones opcionales y decisiones inevitables… decisiones felices y decisiones que parten el alma.Acabo de tomar una de estas últimas.
Ustedes saben, porque yo se los he contado, los deseos de mi corazón, las necesidades de mi espíritu y las malas bromas que me juega la vida para recordarme quién manda… de quién son los chicharrones que truenan aquí y allá. Seguramente Dios tiene planes para mí, pero entre ellos no está el de ser mamá,,, a pesar de que el deseo estaba, está… pero también está en mí ser consciente de la realidad… y mi realidad es que no puedo tener un nivel de egoísmo tan grande que me permita exponer mi vida, la vida de un bebé y la del papá de ese bebé…
No sé cómo reaccionar, por el momento no he podido dejar de llorar, excepto cuando duermo o estoy frente a los demás… y sin embargo sé, lo he pensado mucho, que es la mejor decisión para todos.
Mi cuerpo está listo, pero las condiciones no son las mejores, la situación no permite el riesgo y bueno, es lo que puedo decir porque parezco una Magdalena… y no me refiero a un panecillo esponjosito, jaja.
Asumo mi responsabilidad y le pido a Dios que me conceda la madurez suficiente para que esto no se convierta en una frustración… es solo que las cosas no son siempre como nosotros deseamos que lo sean… yo trataré de ser feliz con lo que soy y lo que tengo que, sépanlo mis queridos dos que tres lectores, no es poco.
Soy la Chida de la historia.
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