sábado, abril 05, 2014

Estoy hasta la madre de algunas ídem...

Los que me conocen saben que respeto y admiro la labor de las mujeres en la sociedad, pero de las mujeres buenas (nada que ver con cuestiones moralinas, no)... aquellas que se desempeñan a la par de 'ellos', muchos cuyo objetivo es denigrar o demeritar cualquier logro del género femenino.  Tampoco soy una feminista a raja tabla... pues sé que cada uno de nosotros, hombres, mujeres o quimeras; tenemos un 'para qué', aquí y en China. 

Lo que me emputa más cada vez, es el valor extra que se dan a sí mismas aquellas que son madres de familia, es decir, yo soy la primera en admirar el trabajo que desempeñan... pero me encantaría decirles, mejor aún que lo aceptaran, que las mujeres que no tenemos hijos (ya no hablemos de la dicha) no somos menos que ellas... y obvio ellas no son más que nosotras. Se dan golpes de pecho, por un lado alabando su propio valor y sacrificio y luego enfatizan que no es tal... porque es una bendición dar vida, aunque les pese tanto y al instante se retracten de ello... y así una, otra, otra y otra vez.

Conozco a muchas mujeres que son madres por decisión propia, que lo enfrentan,  no como un reto u obstáculo, sino como parte de su día a día... sin quejarse y autonombrarse mártires del mundo... conozco también a mujeres que no 'estaban listas' para ser madres y asumir la situación como se presentaba, pero lo hicieron y se convirtieron en ejemplo, ya no de las personas que las señalaron por 'abrir las patas'... sino de ellas mismas al descubrirse fuertes y valientes.

Sé que no debe ser fácil, que la economía y las actividades cotidianas se ven afectadas... ¿pero no es ese el objetivo?... es por ello que no me gusta verlas quejarse, ponerse como ejemplo y criticando a quienes no compartimos su status.

¡Benditas sean las mamás!... yo tengo una a la que amo con todo mi corazón, hermanas y amigas que son dignas de admiración pero no porque lo pidan... simplemente hacen lo que tienen que hacer y, lo más bonito de todo, lo hacen de una manera excelente.

A ratos se mueve en mí la inquietud de ser madre... pero sé que no es algo para mí, es justamente por ello que respeto lo que son y lo que hacen... dejen de creer que son mejores que yo por eso... peor aún, dejen de decir que yo sí puedo disfrutar de la vida y sus libertades porque, cuando tienes hijos, ya nada es igual... ¡denle gracias a Dios por eso!

Soy la chida de la historia.