Finales de octubre, última parte del 2015 y otra vez las letras han sido escasas. No quiero justificarme, no tendría por qué hacerlo... y si lo hiciera, sería conmigo misma... porque la energía da apenas para cumplir con los compromisos... porque el trabajo está antes que cualquier cosa... no sé qué tan sano sea eso. Y, es que, las horas de sueño cada vez son más... el cansancio físico demanda que mi cuerpo evite cualquier esfuerzo extra... entonces, la energía se enfoca en lo que DEBE ser...
Hace tiempo que no leo un libro, que no dibujo por placer, que no abro las cortinas de mi habitación en un día soleado (porque ni ha habido días soleados, ja)... y quisiera hacerlo. Quisiera pasar tardes cocinando con mi Tarzán, cantar a todo pulmón... hacer una transmisión completa del programa de radio sin bostezar... pero, por ahora... aprovecho cualquier oportunidad que tengo para dormir, para arrinconarme a gimotear o para abrazar a mi Tarzán mientras él me apapacha.
Es temporal... lo sé. Solo basta con que me decida a ponerme con Sanzón a las patadas y entonces, entonces mis 2 que 3 lectores, volver a ser la chida de la historia... ¡Sahuevo!
(A pesar de todo)
Soy la chida de la historia.