... a ratos siento una necesidad enorme de venir aquí y, con el corazón apachurrado, inflado o como corresponda al momento; enfrentarme a este espacio en blanco para verter en él todas mis emociones...
Cuento hoy con 30 años cumplidos... corren ya los 31, como bien dice mi hermanaco cachetón... sin embargo no es solo mi edad la que me hace pensar en el inefable paso del tiempo que, con toda justicia, no solo me golpea a mí sino a todo y todos los que me rodean... Estoy dentro de un proceso complicado de asimilación de la vida, sí... por estúpido o insano que esto pueda parecer... estoy enfrentando todo aquello para lo que no creo estar preparada y que, por supuesto, jamás lo estaré... Me he dado cuenta de cómo han cambiado las cosas en mi vida, las personas, los intereses, las necesidades... yo misma.
Cada día enfrento nuevos retos, nuevas posibilidades, nuevos apachurrones que me ayudan a crecer y a seguir siendo yo misma. Una de las situaciones que más me han impactado, y que ustedes no desconocen, es este deseo indescriptible por ser mamá... mi cuerpo, mi corazón y yo estamos de acuerdo... sin embargo la conciencia, el cerebro y la razón se interponen de forma ruda y tajante para recordarnos que no es el momento, que las circunstancias no son las mejores y que, para que todo sea mejor, habrá que esperar... en realidad no sé cuánto tiempo... pero habrá que esperar.
Mi cuerpo, mi piel, mis manías y mis miedos también han cambiado, les digo que el tiempo no perdona a nadie, ni siquiera a la chida de la historia.
Hace unas semanas se tituló una de mis hermanas... me emocionó sobremanera ver coronarse la primer parte del sueño de una de las personitas a las que más amo... y que, por supuesto, ha sido un ejemplo de lucha, coraje y fortaleza para mí y quienes le rodeamos. Esta misma hermanita se casará a mediados de año... ¿Qué?... ya sé, el tiempo nuevamente. No sé cómo reaccionar ante la situación, ante los eventos... quisiera ser lo suficientemente madura para aceptar que solo se trata de tiempo y que debo asimilarlo y adaptarme alo que venga...
Una de las cosas que más me conflictúan es cuando alguien, joven o adulto da igual, me dice 'señora'... que lo soy, vaya... pero no termino de encajar el concepto en mi cabecita greñuda... Los eventos se van acumulando y dejando un montón de recuerdos, raspones, aprendizajes o sonrisas... y a ratos soy tan ilusa o inexperta que no sé qué hacer con ellos. Bah.
¿En qué momento dejé de ser la chavita que se ríe de todo y le pellizca las nalgas a la vida en cuanto esta le da la espalda?...
Sigo en la búsqueda... y no me rindo porque, lo que no he perdido aún es, mi estandarte que dice: ¡Pa'trás ni para agarrar vuelo!