Me pone nerviosa que comience este mes, carajo... ya estamos a cuatro, qué rápido... En realidad es reciente este nerviosismo porque, bueno es estúpido, solamente se trata del mes previo a mi (des) cumpleaños... pero es que este año ya se trata del trigésimo segundo año de mi viduchita de porquería... ¿verdad que no es tan anormal el pedo?
No me asusta cumplir años, de todos modos no es algo que pueda evitar... es solo que me asusta seguir avanzando en mi línea del tiempo sin avanzar en realidad, ¿sí me explico?. Argh!
Si bien hay muchas dudas y miedos en lo que habrá de venir, también hay muchas certezas y seguridades que me hacen sentir bien en cuanto al tiempo y las acciones que he llevado a cabo... sé que falta mucho por hacer y no temo al esfuerzo, a los sacrificios... al contrario, estoy dispuesta a luchar para conseguir lo que quiero, lo que necesito, lo que sueño.
Es solo que el tercer piso se va haciendo más pequeño cada vez. Antes, la diferencia de edad entre mi hermana mayor y yo era mucha, era notable... hoy las dos estamos en el mismo piso, con características muy parecidas, con ideas en común... somos unas treintonas... ella ya más cerca del cuarto piso, claro. Ja.
Todavía me pesa el letrero de señora, sé que lo soy... pero sigo sin acostumbrarme y el paso de los años hará más traumática mi incapacidad para asimilar que lo soy... y aceptarlo públicamente. Grr!
... no es que pretenda algo, al menos no con esta queja, solo sé que el tiempo seguirá corriendo y que lo que yo piense o sienta, vale madre... quizá será mejor idea ir preparando mis pulmones para, llegado el momento, poder apagar 32 velitas en el primer intento ;)
Soy la chida de la historia.
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