Sería estúpido negarlo, quizá hasta enfermizo, pero muero de envidia cada que veo los logros profesionales de ex compañeros, colegas y amigos. Se me estruja el corazón cada que me siento frente a la computadora y, aún ayudada por una pantalla de más de 40", resulta terriblemente complicado diseñar, ya no hablemos del bocetaje a mano.
Frustración, sería la palabra que mejor describe lo que siento cuando veo que los demás avanzan y yo, por las circunstancias o la razón que sea, simplemente me voy quedando atrás. Es decir, sigo leyendo (aunque lo haga lentamente), trato de seguir aprendiendo cosas e investigo acerca de técnicas y tendencias... Pero, aún así, estoy consciente de los límites que se me atraviesan por ahora. Bueno, tampoco puedo confiar en el futuro, aunque la ilusión jamás se ha perdido. Golpes de realidad, les llaman.
Comencé este post diciendo que sentía envidia, pero no me malentiendan, me alegro por ellos, me hace feliz ver cómo van creciendo cuando, a muchos de ellos, yo les enseñé parte de lo que saben y eso me llena de orgullo... Pero quisiera seguir el mismo ritmo de ellos, avanzar y mantener el nivel... Sin embargo, y no puede ser esto una queja, mis pasos hoy llevan otra dirección, mis objetivos ya no son profesionales sino personales y enfocados por completo a mi salud y bienestar. Definitivamente no puedo quejarme, no debo, porque hay personas cerca de mí ayudándome a sobrevivir, porque no me falta nada casa, alimentos, calzado, vaya, ni trabajo... Así que, a pesar de todo, estoy bien, estoy viva y pretendo mejorar, aunque el diseño ya no sea lo que alimenta mi ego.
Gracias a quienes me ayudan y me apoyan para seguir adelante... No hay forma de pagarles por todo y tanto.
Soy la Chida de la historia.
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