Y no es por la gente que me rodea, es mi propia apatía, los planes que se quedaron a medias y la poca (casi nula) disposición a avanzar sin arrastrar los pies.
Sé bien que no hay una solución mágica, que nada sucede de la noche a la mañana y que debería responsabilizarme por todas y cada una de las decisiones que he tomado y que, innegablemente me han conducido hasta este punto... Pero también hay cobardía y corazón de pollo, así que esto es solo un ensayo de la frustración, un 'respira hondo y profundo', un 'ora te chingas' y a seguir dándose madrazos con la vida. FIN.
Soy la Chida de la historia (a veces).