jueves, enero 24, 2008

Porque el viento no siempre sopla en la misma dirección...

Me estoy dejando conducir por la vida en mood automático, no me siento con la fuerza suficiente para decidir qué es lo que quiero. Mi nivel de conciencia es bajo y creo que tampoco tengo muchas ganas de analizar, mucho menos de cambiar algo.

Sé que hay cosas que requieren de mi atención pero siento que debo dejar pasar un poco el tiempo para que mi ansiedad disminuya y mi disponibilidad aumente.

¿Será?


Siento un poco de caos y confusión tanto en mi cerebro como en mi corazón. Ansío cambios, pero la soledad me asusta de tal manera que no pretendo meterme en ella para pensar y tomar esas decisiones, que sé, esperarán a que yo esté lista para asumir la responsabilidad de la que ya llevo un rato huyendo.

La seguridad (ajá) con la que había enfrentado este difícil sueño hoy ha desaparecido... la necesidad de tocar con mis propias manos, lo que sea que está sucediendo y no poder hacerlo, me ha hecho entrar en un letargo de fin indefinible... hoy mi cuerpo está aquí pero mi mente, mis pensamientos y mis anhelos se dieron a la fuga y no pusieron fecha a su regreso... No les voy a extrañar, pero los necesito de vuelta.

Lágrimas se agolpan bajo mis párpados, cerrados a fuerza de vergüenza y humillación latente... Mis sienes están a punto de reventar... Mi corazón late a velocidad peligrosa y él ni cuenta se da... No sé si es a propósito, no sé si mis reacciones están siendo exageradas por la imposibilidad a hablar y explicar qué demonios está sucediendo o si, simplemente, estoy dentro de todo resultado ordinario, común y corriente.

¿Alguien que me explique por favor?

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