lunes, agosto 03, 2009

Confesión...

No sé si tenga algo de malo o no... lo cierto es que éste fin de semana me di cuenta de algo que ya sabía pero que por alguna razón había olvidado...

No puedo soltarlo así de golpe.. no,no, no... porque además me impactó la forma en la que las imagenes ocultas en los lugares más recónditos de mis culpas volvieron a mi cabecita loca...

Cuando era yo una chidita... chiquitita... simpaticona... regordeta y pecosa... gozaba de los beneficios de ser una de las consentidas de los tíos... Ya les conté que yo declamaba, cantaba y bailaba tap... ejem... bueno, no bailaba tap pero me hubiera gustado hacerlo.... El punto es que mis tíos me adoraban, me presumían con sus novias, me compraban helados, en fin... tantas y tantas cosas que con el paso del tiempo fueron desapareciendo junto con la gracia y chispa que entonces me caracterizaba... Uno de mis tíos, hermano de mi mamá, me pareció siempre tan lindo, guapísimo y, cuando yo no tenía idea de lo sucio de mis intenciones, soñaba que un día me iba a casar con él. Estúpida.

Ayer descubrí que sigue siendo muy lindo, guapísimo pero que obviamente, no puedo ni quiero ya, casarme con él. Recientemente se divorció de su esposa, cosa que no me sorprende porque yo siempre supe la calidad de arpía que era la tipa... en fin. Pude pasar mucho tiempo con él porque me está echando la mano con lo de mi coche... (nuevo pero usado porque el pendejo que me chocó y que se dio a la fuga, el hijo de su puta madre, madreó totalmente el auto que tenía anteriormente dejándolo inservible...)...

Recorrimos ochocientas mil veces el tianguis de autos usados (ya ya, dejen en paz mi pobreza... ¿que creen que recuperarse de un accidente es gratis... o qué?)... me di una quemada de chinguesumadre porque se me olvidó ponerme bloqueador... y pasé horas felices a su lado... recordé aquellos tiempos de mi infancia en que mis días se iluminaban con una sonrisa suya... incluso recuerdo el destello luminoso en sus dientes con un ¡clinch! sonando al mismo tiempo...

Para él sigo siendo la pequeñita que alegraba las tardes en casa de los abuelos... sigue estando ahí para mí y yo sigo disfrutando de ello (para mí y mis hermanas, claro)... sigue llamándome por el diminutivo de mi nombre a pesar de que soy más alta que él... y... y... ah! sigue sonriendo de la misma manera encantadora... linda... y tierna (con ¡clinch! incluido)...

Me gusta recordar esas cosas... quizá alguien hoy diría que es una cochinada... que es mi tío... que es una locura... Y yo respondería: ¿y qué chingados?... ni que me lo estuviera cogiendo... Soñar nomás... soñar no cuesta nada... y es tan inocente ese enamoramiento del tío que.. bueeee...

Aún soy una de las consentidas y con eso sonrío y soy feliz....


(Y soy la consentidota no solo de mi tío... jejeje, pero eso se los contaré en otra ocasión...)


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2 comentarios:

Luisz dijo...

¡¡¡ Nooooo maaaaaaaaamar !!!

Cada que revelas un nuevo grado de enfermez me sorprendo.

Chaaaaaaaleeeeeeeeee

Anónimo dijo...
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