Entre sueños rosados desperté esta mañana, no estabas ya en la cama pero un delicioso aroma llegaba desde la cocina y asumí que te habías levantado a cocinar... Tienes esa faceta que me encanta, la del hombre tierno que me consiente a pesar de... en fin, a pesar de todo.
Anoche dormimos tarde, es que entiendo que el cansancio nos venció a los dos después de tremendo fin de semana... pero aún así me sorprendiste con esa velada romántica. No te importó la tonta discusión que tuvo lugar en el auto de regreso de casa de mis papás... tampoco sé en que momento te diste el tiempo de preparar semejante escena: velas, flores, música y la deliciosa cena.
En alguna ocasión critiqué el cliché pero es que a tu lado todo es tan distinto, tan especial, tan como nosotros... Creo que notaste la sorpresa en mi rostro y la enorme sonrisa que se dibujó automáticamente al ver que te tomas el tiempo y la molestia de preparar ese tipo de detalles para mí. Te abracé y te besé, tiernamente me condujiste hasta la mesa del comedor, me besaste la mano y serviste la cena.
Entre risas, miradas, 'teamos' y planes transcurrió la noche... y yo deseaba que no acabara nunca, que ese momento se quedara justo así: ambos sentados a la mesa, comiendo delicioso, sintiéndonos felices, tu mano posada suavemente sobre la mía... nuestras miradas enfocadas la una en la otra... el tic tac del reloj a nuestro favor.... tic tic tic... TE AMO!
No sé si debería pero lo que siguió fue también maravilloso... el sexo por el sexo mismo es una de mis actividades favoritas... pero si además hay un enorme sentimiento de por medio... es PERFECTO!... Sé que en ese aspecto tú y yo somos todo lo contrario a convencionales... me encanta la forma en que me haces tu cómplice... la manera en que con locuras y experimentos logras hacerme tocar las estrellas... el momento en el que decididamente estallamos juntos... de amor, de placer, de lujuria...
...
Hace un poco de frío, mi cuerpo desnudo apenas cubierto con una frazada tiembla... necesita de ti, de tu calor... aspiro el delicioso olor... tengo hambre... te llamo y no contestas... me envuelvo en la sábana y descalza voy a buscarte... al abrir la puerta me topo contigo, una charola en las manos y una rosa blanca en la boca...
Te miro fijamente y sonrío... tomo la flor y te beso apasionadamente... en un descuido la sábana termina en el piso... la charola en la mesa... tú y yo sudando de nuevo...
Te miro a los ojos... nuestras manos entrelazadas... respiración agitada y mi estómago que hace ruido. Yo encima de ti, me quitas el cabello que me cubre el rostro, te beso, me sonrojo y... ¿me pasas un sandwich, amor?
TE AMO!
*Me encantan tus manos... no, no, simplemente son hermosas...
4 comentarios:
O por dios...que historia tan rica... *sin morbo, solo el placer de una narrativa exquisita, soy buena critica pero no escritora*
linda crónica y un buen toque lo del sandwich.
Muchas gracias, Citlal... qué gusto que hayas pasado a leer por acá.
Ángel, es grato decir que está todo basado en una experiencia real :D
¡Saludos!
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