No mames, no mames, no mames...

Algunos dicen que estoy pasada de tamales... otros que mi redondez es atractiva... yo nomás digo que me hago bolita ante los madrazos de la vida, pues para que no duelan tanto.

Mi amigo crocante dice que cada uno tenemos lo que merecemos y me da miedo pensar en todo lo malo que habré hecho como para que me sucedan estas cosas. Quiero pensar que son casualidades... MALDITAS! casualidades de la vida... bah!

Ayer me levanté muy temprano para ir a dejar a mi novio a la parada del bus, hasta ahí todo iba normal pero en cuanto llegué a la casa la situación se tornó abusivamente  nefasta. Al intentar abrir la puerta del departamento la (reputísima) chapa no giró... cual debía haberlo hecho... El mundo se me vino encima pues eran las 6.30 de la mañana y en mi mente repetía rápida y desesperadamente 'no mames, no mames, no mames'.

Pasaron unos 5 minutos cuando descubrí una pesada, aunque frágil, escalera que me hizo sonreír y pronunciar un victorioso 'a huevo'. Mentando madres cargué la escalera y la puse contra la pared del patio, intenté subir el primer escalón pero mi inexperiencia me hizo caer al piso... estaba más preocupada por sostener la escalera que por mi integridad física (si es que eso existe)... Entonces decidí que no podía emprender tal tarea sola y me dirigí a casa de mis papás, entré a hurtadillas hasta la habitación de una de mis hermanacas... la desperté y le pedí ayuda: 'güey, no mames... no puedo entrar a mi casa, la pinche puerta nomás no abre y está bien pinche obscuro... puta madre, ándale, levántate... blah, blah, blah...'

Con mi hermana en calidad de bulto y el coraje atravesado en el estómago fuimos a mi casa... le expliqué mi chingonería de plan, sonrió y dijo: 'ay, no mames... si no te pasaran estas cosas no serías tú...' (¬¬).

El plan, mis queridos 2 que 3 lectores, consistía en treparnos a la azotea, subir la escalera y llevarla a través del techo al patio de atrás, bajar la escalera (cuidadosamente), descender y entrar por la puerta de la cocina... yeah! Cabe mencionar que la escalera rechinaba y no se debía precisamente al exceso de carnes... o sí, pero en realidad la chingadera esa estaba jodidona.

La peor parte fue la bajada... argh! y con mi miedo a las alturas... Finalmente logramos el objetivo y hoy tendré que mentarle la madre al casero hijoeputa. Además, la aventura contó con grados de dificultad extra... todo mi puerquecito adolorido por el exceso de trabajo, estrés y blah... además de un terrible dolor en mi ojito izquierdo por una infección que me traje de recuerdo de la recochina ciudá de méxico.

Al llegar a la oficina me disponía a trabajar... debido a la infección en mi ojito traía puestos los lentes oscuros y los de aumento estaban en mi bolsa... mellevalachingada... una patita rota y mis lagrimitas de aserrín... ganas de mandar todo al carajo y encabronamiento con la vida porque todo me sale mal.... ARGH!

Hoy soy, de nuevo, una chida pidata... la chamba no ha terminado y, en consecuencia, yo no he descansado ni madres... la próxima semana me tomaré 3 días de descanso, quizá me mande hacer unos lentes nuevos... o chance y los pego con cola loca... oh, sí! y este finde por fin me desharé de las cajas que aún adornan el departamento. 

Estoy un poco temerosa de lo que habrá de suceder... aún desconozco si la rachita ya terminó o si habrá de seguir... sin embargo estoy contenta... Mi Tarzán y yo estamos con muchas ganas de deshacernos de la rutina que el exceso de trabajo nos ha dejado... queremos disfrutarnos y estar tranquilos... Yo por mi parte estaré recuperando la energía que me roba el cierre de edición y haciendo planes para pintarle dedo a quien se meta en mi camino... ;)

Saludos y abrazos a ustedes, mis queridos 2 que 3 lectores que NO me tienen paciencia y se la pasan chingándome porque no escribo en mi blog... jiji... los quiero!

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