Ya saben que me desaparezco a ratos, que no por ello me olvido de ustedes, mis 2 que 3 lectores... al contrario. Entre el estrés, el trabajo, la casa, el marido y los compromisos familiares se me pasan las horas pensando y deseando poder actualizar de nuevo esta bitácora... Mi familia ahí está, como siempre, para mí. Mi hombre es el mejor... enamorándome cada día más...
Precisamente él, mi Tarzán del alma, es quien me ha preguntado por qué ya no escribo nada aquí... '¿pos aquioras?', me defiendo. Pero no, nada es tan urgente o tan absorbente como para que la chida no pase siquiera a saludar.
Por eso estoy aquí... por eso y porque no quiero volverme loca de estrés, de preocupancia, de ansiedad... El trabajo, como ya saben ustedes, se vuelve prioridad cada 4 meses... pero esta vez es terrible porque mi ánimo al respecto anda rete apagao... Hay días que maldigo a mi suerte por tener que estar en esta silla, rodeada de estas personas, escuchando estos gritos y tragándome TODO lo que quisiera decirles a estas y aquellas personas...
Me gusta mi trabajo... lo que no me gusta son las personas que están cerca de mí en ese trabajo... Por ahora no me queda de otra más que ser responsable y cumplir, cabalmente, con las obligaciones que tengo, después... después tendré que pensar en cómo volver a disfrutarlo...
Así que ya lo saben... ando enchinga... pero aquí sigo. Los quiero, los extraño y necesito porras... Quiobo, ¿cuento con ustedes?...
Soy la chida de la historia.
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