martes, enero 18, 2011

El estrés de ahora.

Estrés (del inglés stress, ‘tensión’) es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. (Dice Wikipedia)


Siempre he estado acostumbrada a hacer frente a los problemas, a las situaciones complejas y nunca, léanlo bien mis queridos 2 que 3 lectores, nunca me echo para atrás... ni siquiera para agarrar vuelo. Desde pequeña fui la que establecía la calma y pretendía, con sus aires de todopoderosa, resolver lo que fuera porque... pues porque soy chingona, vaya.


No estoy segura si, en la mayoría de las situaciones que se han presentado en mi viduchita de porquería, es más fuerte mi orgullo y en consecuencia es lo que empuja a mi creatividad para salir adelante y no quedarme tirada cuando ha sido necesario.


Desde muy chiquita mi papá se encargó de dejarme bien claro que en esta vida se debe ser fuerte, inteligente… ¡el mejor! Nunca he dudado de mí, al menos no en público… jeje. Mis ratos de debilidad han quedado guardados en los rincones más ocultos de mi memoria… y espero que también de la de aquellos que, en algún momento, fueron testigos presenciales de mis caídas…


No me avergüenza ser débil… bueno, sí… mucho. Pero aprendí, desde hace un par de años, que las lágrimas son válidas, que pedir ayuda no me convierte en una inútil y que puedo con TODO lo que se me ponga enfrente. Claro, si no, ¿quién es la chida de la historia?


Últimamente mis retos son más fuertes y mis debilidades más expuestas… A ratos me siento incapaz de sobrellevar algunas cosas pero, volviendo la cabeza atrás, me doy cuenta que hay tantas personas a mi alrededor que valen la pena… tantas cosas por las que luchar… tanto futuro a mi disposición… Entonces respiro profundamente y regreso a analizar la situación que me tiene haciendo berrinche o drama…


No me puedo quejar… ejem, corrijo: no debería quejarme… aunque lo hago continuamente… pero también agradezco con todo mi corazoncillo de porra a las personas que han estado a mi lado en los momentos más difíciles… sacándome del hoyo en el que me encuentre metida.


Hoy sigo siendo la misma guerrera de siempre… me siguen pegando duro los reveses de la vida… me sigo haciendo chiquita en casa cuando nadie puede notar que soy débil y me cuesta el mismo, o más, trabajo que a los demás… Pero no es igual que hace un año, por ejemplo… mentí cuando dije que nadie lo nota porque él está ahí… a mi lado, apoyándome y echándome todas las porras que necesito y amándome tal cual soy… Gracias, amor.


Pero por otra parte está también mi disposición a estar bien… a ser feliz y ser una mejor persona cada día. Ahí radica la diferencia entre el estrés que me pone loquita y hace que mis horarios se salgan de control pero que se ocultan cuando estoy con él… al que me ponía histérica y echaba a perder mi vida cada 4 meses…


Me siento estresada, miento madres a diestra y siniestra pero llego a casa, recibo un beso y un abrazo… a veces algo más y todo se compone…


Yeah!


Soy la chida de la historia.


.

1 comentario:

Luisz dijo...

Me gusta leerte honesta y abierta. ¡Qué más da que el mundo te eche a perder la vida cada cuatro meses! Los que te queremos seguimos siempre ahí, sabiendo que eres la chida de la historia.

Un fuerte abrazo de parte de los cuatro.