Lo he dicho antes, lo compruebo todos los días: la vida está hecha de decisiones... Todo el tiempo hay que estar pensando en algo, siempre hay opciones qué analizar y, al final, la obligación es escoger alguna de ellas. También lo he confesado antes... ¡me caga tomar decisiones!... es una de las ochocientas cincuenta mil novecientas treinta y siete cosas que me hacen retorcer las tripas y gimotear cual puberta mal correspondida. (jum).
La semana pasada fui con mis hermanas a comprar un regalo para mamá... ropa interior, de esa que le gusta, decente... claro. ¡No olviden que estamos hablando de mi mamá, desgraciados! Y fue todo tan fácil... ellas ya sabían lo que queríamos comprar (ja, a huevo) yo nomás puse lo que me correspondía de 'lana'... y tan tán. Pero yo quería comprar algo más, algo que no fuera 'en equipo', algo especial de mí para ella... ¿ya adivinaron?, no pude decidirme y opté por esperar a que 'algo' mágico pase mañana, día de las madres, y salga yo con vida de todo esto.
Soy inmadura, lo reconozco y cargo con ello todo el tiempo... no sé tomar decisiones porque, pues no sé ni por qué... miedo, quizá. Afortunadamente el destino me ha ayudado un poco y estoy donde estoy porque, en su momento, y quizá con un volado como método, tomé las decisiones adecuadas... Hoy intento continuar así... ya dirán el tiempo, Dios y la vida si acerté... o no.
Dice mi papá, y dice bien, que sólo el que trae el morral sabe lo que va cargando... uno no puede tomar decisiones por los demás, tampoco se puede que alguien más lo haga por uno... aunque no miento si digo que sería ideal, al menos para mí. Je! Desearía que las cosas fueran fáciles, que los problemas se solucionaran rellenando con lápiz 2B la opción más adecuada... que los resultados fueran óptimos a pesar de todo y que cada uno, o quien así lo solicitara, contara con un guía/asesor de tiempo completo... ¡triste realidad!, tristísima =(
Lo más feo de esto es que aplica a decisiones chiquitas, de esas que parece que son irrelevantes... así como a esas que han de cambiar, de manera significativa, el rumbo de la viducha de porquería... ¡chingao!
Ser o no ser... ese sí es un dilema... no mamadas.
Soy la chida de la historia.
.
La semana pasada fui con mis hermanas a comprar un regalo para mamá... ropa interior, de esa que le gusta, decente... claro. ¡No olviden que estamos hablando de mi mamá, desgraciados! Y fue todo tan fácil... ellas ya sabían lo que queríamos comprar (ja, a huevo) yo nomás puse lo que me correspondía de 'lana'... y tan tán. Pero yo quería comprar algo más, algo que no fuera 'en equipo', algo especial de mí para ella... ¿ya adivinaron?, no pude decidirme y opté por esperar a que 'algo' mágico pase mañana, día de las madres, y salga yo con vida de todo esto.
Soy inmadura, lo reconozco y cargo con ello todo el tiempo... no sé tomar decisiones porque, pues no sé ni por qué... miedo, quizá. Afortunadamente el destino me ha ayudado un poco y estoy donde estoy porque, en su momento, y quizá con un volado como método, tomé las decisiones adecuadas... Hoy intento continuar así... ya dirán el tiempo, Dios y la vida si acerté... o no.
Dice mi papá, y dice bien, que sólo el que trae el morral sabe lo que va cargando... uno no puede tomar decisiones por los demás, tampoco se puede que alguien más lo haga por uno... aunque no miento si digo que sería ideal, al menos para mí. Je! Desearía que las cosas fueran fáciles, que los problemas se solucionaran rellenando con lápiz 2B la opción más adecuada... que los resultados fueran óptimos a pesar de todo y que cada uno, o quien así lo solicitara, contara con un guía/asesor de tiempo completo... ¡triste realidad!, tristísima =(
Lo más feo de esto es que aplica a decisiones chiquitas, de esas que parece que son irrelevantes... así como a esas que han de cambiar, de manera significativa, el rumbo de la viducha de porquería... ¡chingao!
Ser o no ser... ese sí es un dilema... no mamadas.
Soy la chida de la historia.
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