Por alguna razón hoy traigo el corazoncillo de porra muy sensible... historias de amor que me conmueven y me ayudan a valorar la propia. Si tuviera que decir el punto en el que me encuentro, en cuanto a esos menesteres del amors, diría que estoy plena/feliz/con ganas de más...
Soy un montón de preguntas, algunas las lanzo en voz alta, otras solo corroen los ires y venires dentro de mi cabecita loca... unas incomodan, otras provocan cof cofs nerviosos, algunas más consiguen sonrisas y/o lagrimitas de aserrín pero, la gran mayoría, se quedan sin respuesta... No las necesito, es decir, soy capaz de sacar mis propias deducciones y lo demás pocas veces me importa.
Un día le pedí a la vida que me diera respuestas, que me guiara en mi deambular por este extraño mundillo de porquería... las respuestas no llegaron y, a decir verdad, ya no las quiero pues, casualmente, entonces apareció él... al que llamo el amor de mi vida, mi Tarzán, el dueño de mi corazoncillo de porra...
Les decía que el amor me conmueve, y quisiera que todos ustedes, mis 2 que 3 lectores, supieran lo que es, sin ánimo de cursilería, de palabrería barata o de discursos mal vendidos... no, la felicidad, la plenitud y el deseo de que cada día sea igual de chido que el anterior... si se puede, más. Mis murciélagos y yo estamos de acuerdo, como pocas veces, en que el lugar en el que nos encontramos, es el bueno... el ideal... ¡el mejor!
La viducha no da treguas, no se comporta a la altura y tampoco se viste de miel sobre hojuelas para que, tanto yo como las princesas de cuentosdihada, creamos que las burbujas rosadas son de a deveras... sin embargo apela a nuestra capacidad, inteligencia y (por poco que sea) sentido común... para hacer frente a los retos y obstáculos que salen de todos lados...
La salud es factor importante, sin ella estamos perdidos, tirados a la basura e inútiles... pero, como se lo dije a alguien hace un rato, nada es imposible... y en nuestras manos estará poner solución a los problemas o tirarnos al drama esperando que un milagro suceda... Mi salud es medio de chocolate, los últimos días he batallado y, al mismo tiempo, deseado que todo sea un mal sueño del que, pronto, pueda despertar... pero no.
Mi Tarzán, mi familia y mis amigos han estado ahí para mí... el amor del que gozo a ratos rebasa aquello que creo merecer... pero sin el no sé qué sería de mí, las lagrimitas de aserrín se derramarían sin razón y yo no podría seguir siendo la chida de la historia... ¡Gracias, mil!
Aquí sigo, intentando estar mejor cada vez, permitiéndome ser feliz y deseando... siempre, siempre, lo mejor para todos ustedes...
Aún soy la chida de la historia... enamorada, enfermiza pero re feliz...
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Soy un montón de preguntas, algunas las lanzo en voz alta, otras solo corroen los ires y venires dentro de mi cabecita loca... unas incomodan, otras provocan cof cofs nerviosos, algunas más consiguen sonrisas y/o lagrimitas de aserrín pero, la gran mayoría, se quedan sin respuesta... No las necesito, es decir, soy capaz de sacar mis propias deducciones y lo demás pocas veces me importa.
Un día le pedí a la vida que me diera respuestas, que me guiara en mi deambular por este extraño mundillo de porquería... las respuestas no llegaron y, a decir verdad, ya no las quiero pues, casualmente, entonces apareció él... al que llamo el amor de mi vida, mi Tarzán, el dueño de mi corazoncillo de porra...
Les decía que el amor me conmueve, y quisiera que todos ustedes, mis 2 que 3 lectores, supieran lo que es, sin ánimo de cursilería, de palabrería barata o de discursos mal vendidos... no, la felicidad, la plenitud y el deseo de que cada día sea igual de chido que el anterior... si se puede, más. Mis murciélagos y yo estamos de acuerdo, como pocas veces, en que el lugar en el que nos encontramos, es el bueno... el ideal... ¡el mejor!
La viducha no da treguas, no se comporta a la altura y tampoco se viste de miel sobre hojuelas para que, tanto yo como las princesas de cuentosdihada, creamos que las burbujas rosadas son de a deveras... sin embargo apela a nuestra capacidad, inteligencia y (por poco que sea) sentido común... para hacer frente a los retos y obstáculos que salen de todos lados...
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La salud es factor importante, sin ella estamos perdidos, tirados a la basura e inútiles... pero, como se lo dije a alguien hace un rato, nada es imposible... y en nuestras manos estará poner solución a los problemas o tirarnos al drama esperando que un milagro suceda... Mi salud es medio de chocolate, los últimos días he batallado y, al mismo tiempo, deseado que todo sea un mal sueño del que, pronto, pueda despertar... pero no.
Dicen que a los amigos se les conoce en la enfermedad y en la cárcel... espero nunca tener que comprobar la segunda...
Mi Tarzán, mi familia y mis amigos han estado ahí para mí... el amor del que gozo a ratos rebasa aquello que creo merecer... pero sin el no sé qué sería de mí, las lagrimitas de aserrín se derramarían sin razón y yo no podría seguir siendo la chida de la historia... ¡Gracias, mil!
Aquí sigo, intentando estar mejor cada vez, permitiéndome ser feliz y deseando... siempre, siempre, lo mejor para todos ustedes...
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Aún soy la chida de la historia... enamorada, enfermiza pero re feliz...
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