La vida da tantas y tantas vueltas... las emociones suben y bajan a ritmos inimaginables... las necesidades, los sueños, las intenciones no escapan tampoco a la montaña rusa del tiempo y las casualidades. Muchas veces nos creemos dueños del destino, hacemos planes que consideramos perfectos y trabajamos en ellos con la preocupación de seguirlos al pie de la letra... pero de pronto nos encontramos de frente con la realidad, nos damos cuenta de cuán ilusos hemos sido y, escondiendo las manos, ponemos carita de 'yonofui'. Bah... pendejos que somos de repente.
Ustedes lo saben bien, mis queridos 2 que 3 lectores... lo saben porque yo se los he dicho, porque de mí ha salido hacerlos parte de mis sueños y proyectos en esta viduchita de porquería. Hace años yo planteaba mi vida sin hombres, sin hijos... sin una familia convencional que me 'atara' de por vida a un (en ese entonces yo creía) falso nidito de amor y, ¡tómala, pinche chida!... la realidad me cayó encima, el amor me encontró aunque yo insistía en escondérmele... apareció este hombre fantástico y yo no metí las manos, no quise... no pude.
Después de un tiempo (casi 4 años) de relación, no estoy muy segura de la razón... pero tengo un deseo inmenso por ser mamá... ah, todavía me da miedo decirlo de manera tan clara... me siento segura porque estoy al lado de la persona con quien quiero compartir el resto de mi vida, él me da la seguridad que necesité siempre para entender que sí puedo... y que sí quiero... que lo sueño todo el tiempo y que me encantaría que la situación fuera otra para poder, ya... llevar a cabo los planes.
Dios no cumple antojos ni endereza jorobados.
Desde la semana pasada me había estado sintiendo algo 'rara'... el domingo desperté con una sensación extraña, mi cabeza y estómago daban vueltas sin parar... el piso se movía y mi cuerpo se contraía de manera involuntaria. Mareo y náuseas... así he estado hasta hoy... muchas ideas cruzaron por mi cabeza, las famosísimas cuentas no se hicieron esperar y los miedos eran desplazados por las ilusiones... ¡Dios!, claro que pensé en esa posibilidad, claro que me emocioné al grado de hacer como que no... inventé historias y traté de pensar en cualquier otra cosa...
Me habría encantado venir uno de estos días a decirles que estoy tan feliz... que van a ser tíos y que estoy dispuesta a luchar por esto que tanto deseo... Y sí vengo a decirles eso, excepto una cosa: por el momento no van a ser tíos... Dios quiere que esperemos un poco más, que estabilicemos la situación y que seamos (sea yo) más consciente de la realidad que me abruma y me hace soñar extra.
Sigo con las náuseas, dudo que vayan a desaparecer por ahora porque mi salud es, de por sí, tambaleante... pero también sigo con los sueños, con caritas sonrientes haciéndome enternecer por la necesidad, por el deseo... El tiempo, la vida, Dios... en fin, algún día sucederá... y yo seré la más interesada en hacérselos saber.
Soy la chida de la historia
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