Ya sé, el título de este post está más largo que la cuaresma… pero no sabría cómo decir en pocas (o muchas) palabras lo que me corroe por dentro cuando estoy segura creo que estoy lista para dar ese paso… ese paso que he postergado durante muchísimo tiempo, el paso que nunca me imaginé que daría… bueno, ni siquiera estoy segura de que suceda. Ya sé, no me he dado a entender… pero es que la naturaleza es sabia, pero los planes de Dios no siempre son iguales a los nuestros.
Un día, simplemente lo reconocí… lo acepté… lo expresé: ¡quiero que tengamos un hijo!…
… porque no es algo que vaya a hacer yo sola, no es cuestión de simplemente 'querer' porque es parte del ciclo de la vida… tampoco se trata de tener con quién y por dónde… no señores, es algo que sale del fondo de este corazoncillo de porra tan abollado… y mi Tarzán está de acuerdo.
Si pudiera elegir al mejor papá para un@ hij@ mí@, sería él… Héctor… no hay más.
Mucho tiempo el pretexto fue que no estaba lista, que carecía de instinto materno, que la economía y el egoísmo, mi carrera y mis planes… pero entendí que (quizá) nunca se está lista al 100%… y la ilusión ha ido creciendo de manera desmedida, las sonrisas y los deseos también se han vuelto excesivos… pero mi salud es tan de chocolate que (por ahora) es lo único que me hace desistir de la idea.
También sé que lo he dicho en otras ocasiones… pero en esas ocasiones el deseo aparecía un día y desaparecía al siguiente… esta vez ha durado más, así que creo que el deseo es real… las posibilidades no sé.
No se ilusionen, mis queridos 2 que 3 lectores… no estoy diciendo que vaya a ser mamá, no ahora… no sé si algún día… pero de que quiero, quiero, ¡queremos!. Es solo que no sé si mi cuerpo resista, no sé si mi salud sea apta para ello, eso me hace sufrir un poco muchísimo.
Sé que ustedes serán de los primeros en enterarse si algo tan maravilloso llegara a pasar, no crean que pienso quedarme callada al respecto… pero si no sucede, bueno… los miedos se irán y mis ilusiones cambiarán de rostro…
¿Cuáles miedos?… bueno, señores… este mundo no es el paraíso al que uno querría traer a alguien que se ama con todo su ser (¿cómo es que amo tanto a alguien que aún no existe?)… si yo pudiera elegir una realidad adecuada para cada una de las personas que llenan mi corazón, créanme… no hay nada parecido… más aún si quisiera elegir la realidad y el futuro para alguien que es (será, tal vez) parte mía y del amor de mi vida.
Mi primer miedo ahora es que no pueda tenerl@… que mi cuerpo y mis (eternos) achaques no cooperen para ello… El siguiente es todo el proceso… esos nueve meses que parecen aterradores y mágicos a la vez… no por mí, mucho menos por la estética de mi cuerpo (que ni tiene)… sino por lo que suceda con el/ella y los ya mencionados pinches achaques… Después… después ya veremos. Por lo pronto rezo porque una bendición caiga sobre mi familia… recen ustedes también, no sean malas personas.
Soy la Chida de la historia.
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