Mi mamá tiene 71 años, es diabética e hipertensa y, por si fuera poco, en agosto del año pasado sufrió una caída con fractura de cadera y, para que su cuerpo resistiera la cirugía en la que la transformarían en Robocop, tuvieron que operarla para colocarle un catéter para diálisis peritoneal. 2 veces estuvo a punto de ir a saludar a San Pedro, pero todavía no era el momento y hoy, gracias a Dios, estamos las dos aquí, luchando como las necias que somos, pintándole dedo a las calamidades de la vida, y viendo pasar las horas en la clínica de oftalmología porque van a revisar que el resultado de la cirugía vaya como debe de: chingón.
Mi mamá sí que es la Chida de la historia.
Lau.
1 comentario:
La chida y la OG, indestructibles. O la chida y la chidísima haha.
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