De los recuerdos, los amigos, los reencuentros y los agradecimientos...

El Recuerdo:

Como ya les conté, la semana pasada me enteré de que uno de mis mejores amigos había fallecido hacía ya un mes... Honestamente, hasta el momento ha sido una de las pérdidas más difíciles de mi vida...

Lo conocí cuando tenía 14 años, él 17... desde el principio hubo una química por demás especial, con el paso del tiempo nos hicimos inseparables. Ambos sabíamos todo del otro y, en consecuencia, no pudimos evitar estar juntos la mayor cantidad de tiempo posible. Un día simplemente me dejó, no supe qué pasó, aunque después fue él quien me buscó de nuevo... Nuestra relación era así: iba y venía constantemente, aún así, los momentos compartidos son inolvidables. Podíamos estar horas sin hablar, sólo mirándonos, solo entendiéndonos... como también podíamos tener charlas y debates interminables acerca de todo y nada. Nunca fuimos novios pero teníamos una relación. La complicidad existió en todo momento.

Creíamos que la vida era eterna, hacíamos mil planes y nos queríamos comer el mundo a cucharadas… Crecimos y maduramos juntos, bueno, la verdad es que yo lo hice primero, tan así que decidí que lo nuestro no era sano y lo superamos con nuestra amistad…

Este último año juntos fue difícil. Su enfermedad y mi egoísmo no se llevaron bien, además él confundió un poco las cosas y eso me asustó.... aunque yo sabía perfectamente que las condiciones en que se encontraba ameritaban que yo siguiera ahí... ¿Que si lo quise?... ¡no saben cuánto!, lo quiero todavía... y lo extraño. Decir adiós es de las cosas más difíciles y terribles que hay, sobre todo si lo que se va es irrecuperable. Su recuerdo vivirá para siempre en mi memoria...

Este fin de semana voy a ir a verlo, a la cripta, sigo sintiendo que esto es un mal sueño del que tendría que haber despertado ya. Ver el lugar donde está podría ayudarme a decirle "Hasta siempre, niño"…

Los amigos:

Por otra parte, he de decirles que esa misma noche (el viernes) llamé a otra personita (el del post del recuerdo), sólo para confirmar que nos veríamos el sábado, yo quería hablar con alguien, en cuanto me escuchó me preguntó si estaba bien y le dije que no. 20 minutos después estaba tocando la puerta…
Cabe mencionar que eran las 12 de la noche y ahí estábamos… él consolándome y yo inconsolable. A las 3 de la mañana me sentía mucho mejor y hasta hablamos de otras cosas… se le olvidó pedirme la chamarra que me prestó, qué bueno, olía a él y lo sentí cerca durante el resto de la noche…

El sábado se casó mi hermana Susan, yo no quería arruinarle el festejo y traté de estar lo mejor posible (aunque los ojos hinchados me delataban), durante la fiesta, mi amigo arrabalero también mostró solidaridad y me echó harrrtas porras, de hecho desde el viernes estuvo cerca y al pendiente aunque al final (5:00 a.m. del domingo) la que terminó abrazándolo y consolándolo fui yo, sequé sus lágrimas con mi mano sin atreverme a derramar las mías…

Los reencuentros:

El mismo sábado, en la fiesta, mi hermano me dijo que la semana anterior había ido a Pedro Escobedo (un municipio de Querétaro) y ahí se encontró a mi amigo Kike, hablaron de mí…

De Enrique te puedo contar que estudiamos juntos la universidad, compartimos profesión, afición por la fiesta y la cerveza, fobia a las cucarachas y una entrañable amistad. El lunes platicamos por teléfono y me hizo reír mucho, no le conté nada de lo que sucedió (él conoce la historia), pero mañana vamos a irnos a tomar un café. Hace un año 3 meses, Enrique se fue a estudiar a España, prometimos estar en contacto y así fue, solo que al regresar (en octubre del años pasado) nos perdimos la pista. El encuentro entre él y mi hermano fue mera casualidad pero sirvió porque nos volveremos a ver, por fín.

Los agradecimientos:

Mil gracias a quienes han estado ahí, apoyándome y sosteniéndome para no dejarme caer en estos momentos tan difíciles… en especial a un iluso (¬¬) que me ha hecho sentir mejor con sus palabras… No tengo cómo pagarlo.