domingo, septiembre 28, 2008

El placer de la guayaba... uno a la vez

Dicen que soñar no cuesta nada... y yo digo que cuando el sueño se hace realidad no importa lo que dure... lo importante es aprovecharlo y disfrutarlo al máximo...

Habrá quien no me crea, pero con que yo lo sepa basta... lo cierto es que hoy entendí que mientras más claras, las cosas son mucho mejor!... que hablar es uno de los grandes dones que el ser humano tiene... pero el 'escuchar', no cualquiera... Que a veces una mentira vale la pena, siempre y cuando no dañe a terceros...

Y lo mejor de todo... que el placer de comer una guayaba es increíble... oler.... sentir.... el primer mordisco.... masticar... y desear morder y saborear cada vez más...

Recuerdo que cuando iba en la universidad, en la materia de análisis de textos nos dejaron un ejercicio de disfrute basándonos en un texto que se llamaba "como comer una guayaba"... el cuento narraba las sensaciones de una mujer al desear probar una guayaba, pero desde el momento de la compra... el proceso de selección de la más bonita, la de mejor color, textura y consistencia firme... Al leer el texto me pareció una ridiculez pero tenía que trabajar sobre él así que me di a la tarea de disfrutar la guayaba... (no es albur, eh?....)

Cerré los ojos y me visualicé en el mercado... comencé a caminar por los pasillos que a acada paso me ofrecían cosas distintas: flores, ropa, comida... frutas exquisitas de ditintos colores, tamaños, formas.... Me acerqué y tomé una guayaba.... grande, amarilla y brillante... la acerqué a mi naríz.... mmmmmm... la olí... la pasee hasta mis labios acariciándola como una pertenencia muy valiosa y decidí que esa era la que quería... pagué un par de pesos y salí con mi deliciosa adquisición. Ya en casa la lavé muy bien... nuevamente la acerqué a mi rostro y comence a beberme su aroma.... Delicioso, pensé... y le hinqué el diente. En la primer mordida pude descubrir un sabor dulce, aunque ligeramente ácido... poco a poco el sabor de la pulpa y las semillas se iba haciendo dueño de mi paladar... lentamente disfruté cada mordida.. masticaba como si se tratará de lo último que comería en la vida....

Desde entonces, las guayabas tienen un sentido distinto para mí... es más... no mentiría si les dijera, mis queridos 2 que 3 lectores, que comer una guayaba es uno de mis placeres favoritos...

No mamarrrr, si yo les contara acerca de la última guayaba que probé... en fin, creo que es horario familiar.. mejor les cuento en otra ocasión...

* * *

Shit! Creo que enfermé de nuevo... =(

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3 comentarios:

Ojos De Perro Azul dijo...

Por eso a veces yo no quiero despertar.

Prefiero los mangos y las peras.

Anónimo dijo...

Despues de leer esto he salido al mercado, he buscado las guayabas... me he comprado una..., una señora me ha mirado por que la olía (luego le he hecho un gesto y se ha asustado y se ha ido)... y después, al llegar a casa, me la he comido, sentado el sofá...

Increible la sensación si la disfrutas minuto a minuto...

la chida de la historia dijo...

Ojos de perro azul: Que gacho es despertar, verdad???... Entre los mangos y la peras... mejor las peras... los pelitos del mango me pican la garganta... je je je. mejor nel!

Bilbo: Imagino perfectamente el gesto que le hiciste a la 'seño', hasta parece que te estoy viendo, condenadote!!! je je... chale, y no compartiste guayaba?? chale... ya ves cómo eres, manito???

Je je je... Besos y abrazos (gratis)...