Siempre he sido una payasita, sangrona... muchos lo confirmarán... Hay muchas cosas que me dan asco, entre ellas puedo contar cualquier tipo de fluido humano.. sí, cualquiera!... pero puedo, orgullosamente, decir que lo he ido superando poco a poco.
Cuando iba en secundaria huía de los jueguitos calenturientos propios de pubertos en los que el castigo para muchos no lo era... para mí sí... Me daba muchísimo asco intercambiar babas con alguno de esos puercos a los que incluso me daba como guacalitas saludar de mano... ya no digamos de beso en el cachete...
En ocasiones me atrevía a jugar y créanme, mis queridos 2 que 3 lectores, que no me daba miedo que me tocara besar al más feo... me daba miedo besar ¡¡a cualquiera!!... En ocasiones tocaba de castigo encerrarse en un cuartito y hacer cochinadillas durante 2 o 3 minutos mientras afuera los chillidos del resto de los chamacos pubertines animaban a que 'dentro' pasara cada vez más... Al salir todo dependía de la cara de satisfacción del pendejillo y la jeta de bochorno de la niña.. Recuerdo que en una ocasión me tocó entrar al cuartito con el niño más guapo... pero que asquerosamente usaba brackets... (adivino en sus caras un IUGH al leer esto... claro, a menos que usen o hayan usado brackets...por lo cual un IUGH!! para ustedes...)
El niño más guapo era eso... MUY guapo!!! y no niego que me gustaba, pero me gustaba verlo, admirarlo, soñar con él tomando un refresco o yendo al cine... pero no besándolo!!!
Entramos al cuartito... yo primero retorciéndome las manos de nervios... y de asco... y de desesperación porque pensaba: ¿y si vomito?. Odiaba la sola idea de salir de ahí con la ropa batida y el imbécil gritando o haciéndome segunda con la guacareada... La peor de las pesadillas de una chamaquita, secundariana regordetilla medianamente popular, estaba a punto de hacerse realidad...
Ya adentro el tipo se para frente a mí... con una mano me toma por la cintura (o donde debería estar...) y con la otra, cual novela chafa de irán castillo y flavio césar... agarra mi cabeza y yo con cara de espanto... No podía dejar de ver esos ojitos verdes que se iban entrecerrando poco a poco... alternadamente con los labios frescos y carnosos que se iban abriendo y dejando entrever tremendos y asquerosos fierros...
- Te hago la tarea durante 2 semanas...
Se detuvo en seco y con cara de ¡Que pedo! me miraba sin parpadear... Lentamente lo empujé alejándolo de mí...
- Mira, si no me besas y sales con cara como de que esto estuvo bien rico... te hago la tarea todos los días, de todas las materias durante 2 semanas...
Como que no lo podía creer... si ninguna niña se resistía a sus encantos... ¿cómo iba a hacerlo la ñoña del salón?... pero era tan guapo como huevón el infeliz... Pinche sonrisota de oreja a oreja que traíamos los dos al salir y la algarabía pubertezca no se hizo esperar...
Durante semanas fui la envidia de todas las escuinclas y (no sé que haya contado él a sus amigos) los niños me sonreían coquetamente... Mi popularidad creció sosprendentemente y yo me chingué con la tarea del pendejo ese durante 2 semanas....
Bah!
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