No sé por qué mi mamá me decía así cada que a mí me daba por hacer un pancho, show, berrinche... y jamás se me ha ocurrido preguntarle...
La verdad... y lo acepto con cierta presunción... soy una berrinches de lo piorrrr... Mis amigos lo saben y aunque me lo reclaman yo sé que es una parte de mí que les encanta... o al menos eso creía...
Ayer en la tarde Rafa me dijo que tenía algo importante que decirme pero que lo haría hasta las 9 de la noche... de esa forma le daba chance de mantenerme contenta al menos un par de horas... Ya saben, mis queridos 2 que 3 lectores, que los martes son exclusivos de Rafa y míos... ay de mí si se me ocurre cancelar o cambiar, aunque él dice que nuestra amistad es tan chida y flexible que... bueno... jamás la culpa es suya... nooo, cómo pasan a creeeeeer...
No pude hacer nada para conseguir que me dijera antes de las 9... Según él no se trataba de algo grave pero lo noté, ciertamente, nervioso y cuando llegó la hora de que me lo dijera hizo todo lo posible por retrasar más y más el momento...
Para empezar me dijo que tenía miedo de mi reacción... que sabía que no me iba a gustar lo que me iba a decir y que por eso tenía tanto miedo de decírmelo... Y yo pensaba: ay! que mamón... ni que fuera yo tan exagerada, dramática, payasa,... chingao!
Finalmente fue algo no tan grave y pude darle bofetada con guante blanco porque... no sé cómo le hice... no grité... no pataleé... no me sulfuré... y obviamente se sorprendió. Me quedé con la imagen de su cara en mi memoria... No puedo olvidar sus palabras con cierto temblorcillo en su voz al decirme que temía mi reacción... Y me caga la madre!...
Me caga la madre porque llega un punto en el que mis amigos creen que no me puedo controlar... que deben cuidar sus palabras y sus acciones conmigo... y argh!... voy a tratar de bajarle tantito a la histeria... al estrés... a la chingada!! Porque no quiero que pasen de nuevo estas cosas... no quiero volver a ver esa mirada en esos hermosos ojitos color miel que ayer no querían ni mirarme...
Afortunadamente actué de manera inteligente (ja! me costó mucho... ya shhhh!!!) y las cosas no pasaron a mayores... bueno... lo que pasó después no fue culpa ni de él ni mía sino de la PUTA mala suerte... Tuvo que irse con gran preocupación por verme tirada en mi cama sin la posibilidad siquiera de abrir los ojos o moverme de donde estaba porque me estaba medio muriendo.
Quiero a mi amigo!... agradezco que esté ahí y me dan ganas de disculparme por tanta tarugada que he hecho... pero ñeh!... las cosas no pueden cambiar de la noche a la mañana... je!
Ya, shhhhhh!!!!
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