Hay uno que otro detalle que me tiene con la cabeza un poco revuelta... aunque también estoy consciente de que se trata de situaciones que están en mis manos solucionar. Entre ellas puedo mencionar la mudanza que se llevará a cabo la próxima semana... Ni siquiera he comenzado a empacar y la verdad es que me vuelve un poco loca la situación...
La confesión del día de hoy... y que tiene que ver con el título de este post, es que mis kilos, que de por sí ya eran muchos, se han incrementado y mi flojera me ha impedido volver al gimnasio... entre las playeras que uso para el trabajo y uno que otro bra, en complicidad con el espejo que me recuerdan mi calidad de chorizo mal amarrado, tamal mal envuelto o chile relleno mal cosido... estoy volviéndome un poco loca...
Lo cierto es que debo tomar una decisión antes de que la cosa se ponga peor... por cierto, hace un chingo de calor y eso me hace sudar... y aunque antes me reía, ahora me da hasta vergüenza decir, ante la pregunta de 'cómo estás': 'aquí nomás, sudando como cochino en cacerola'... jaja, nomás hace falta la cacerola.
Pero ya, basta de quejas y mejor hay que poner manos a la obra... comer menos y moverse más... sí, sí... un poco más. Por ahora solo esperaré a establecernos en el nuevo departamento y buscar un lugarcito cercano para poder mover mi exceso de carnes y tratar de bajarle un poco al estrés.
- - Tssss... adiós mamita, chale... nunca he cogido con una gordita...
- (¬¬) - Pues cómprate una de migajas... ¡CABRÓN!
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