Exótica

El lunes recibí una propuesta... pero no indecorosa... o sí, pero esa es otra historia. En realidad lo que pasó es que el lunes me la pasé convaleciente en casa de mi madre... no fui a la oficina, me dolía el estómago y, aún así, las llamadas por teléfono no pararon en toda la mañana, creo que me he convertido en asesora de publicidad, mercadotecnia, imagen y detalles 'artistosos' de mis amigos... Estoy a punto de establecer un sistema de cobro por asistencia profesional vía telefónica... ja!

No le temo al trabajo, al contrario, es una de las cosas que más satisfacciones me ha dado en mi  viduchilla de porquería... en una de las llamadas me solicitaban el diseño de una jaula para aves exóticas... y como mi papá me ha enseñado que uno jamás debe rajarse... dije que sí. Y ahí me tienen en chinga investigando lo referente a las avecillas habitantes de lo que habría de salir de mi cabecita.

A las 2 y media de la tarde de ayer ya estaba yo tomando medidas y bocetando mentalmente... ¿los clientes?... unos riquillos queretanos de apellido compuesto... ejem! Me pasé un buen rato pensando en lo que tenía que hacer y preguntándome ¿por qué siempre me estoy metiendo en problemas?... Tan fácil que debió haber sido decir: ¡NO!... pero chingá!... si no... ¿quién sería la chida de la historia?

Anoche soñé con cotorros y cacatúas... también había muchas avecillas multicolor... ruido estresante y miles de formas que iban y venía de un lado a otro... 

Hace un rato que entregué los planos y bocetos... ¡fiuff! A ver qué me dicen... 

Espero que todo salga conforme a lo esperado y, de ser así... querido lector de 2 que 3... ya me verá, también, diseñando nidos de amor y, quizá, hasta vendiendo mole los domingos...

Soy la chida de la historia.

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