jueves, noviembre 18, 2010

Tú.

En mi mente, en mis deseos, en lo que sueño con los ojos abiertos.
Cuando me miras fijo y me dices que me amas.
Nuestros cuerpos siendo uno solo, el sudor en gotitas compartidas.
Mis continuos viajes a donde no debo y tú el ancla que me devuelve a donde sí.
La necesidad de permanecer y pertenecer.
Tuya, siempre... hasta donde nos sea permitido... y más lejos todavía.

Tú que me regalas sonrisas y yo que te amo tanto.


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