miércoles, febrero 09, 2011

Si yo fuera mariposa.

Cuando era chiquita quería ser mariposa, quería tener alitas hermosas de colores brillantes y, entonces, volar por todos lados alimentándome de la miel de las flores... ¡Vaya ilusa!

Con el tiempo fui tomando malicia de donde pude, tampoco logré ser cuervo, aunque quería... pero me esmeré bastante en ser murciélago... también fallidamente... Ahora cuento con todo un ejército de ellos que me cuidan y me echan ¡aguas! cuando me arriesgo demasiado, me avisan si hay pájaros en el alambre y velan mi sueño calladitos porque, ellos saben bien, así se ven más bonitos.

Si yo fuera mariposa habría caído en uno de esos tantos clichés que me vuelven loca, un poquito más, cada día... Tendría que ser muy cuidadosa con mis alitas multicolor y mi comportamiento tendría que ser el de una mariposita encantadora que le cae bien a las flores para que ellas le regalen un poco de su néctar...

Si yo fuera mariposa tendría que ser delicada y buena onda, apostaría mi suerte a la belleza que me caracteriza y, quizá, todo lo que hago sería basado solamente en eso...

Si yo fuera mariposa estaría realmente confundida, traumada, tal vez, por haber tenido que pasar por ese fuerte cambio de oruga, gorda y fea... a hermosa y esbelta mariposita... ¡Bah! Las cosas así no funcionan.

Si yo fuera mariposa correría el riesgo de caer en las garras de algún mocoso que me encerraría en un frasco de vidrio para después clavarme un alfiler fijándome a un corcho o cartulina.

Si yo fuera mariposa sería pequeña, débil y vulnerable...

¡¡A la carga, mis murciélagos!!

Soy la chida de la historia.

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1 comentario:

Anónimo dijo...
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