viernes, abril 08, 2011

De la apachurradez.

A ratos no sé ni cómo me siento... ya mejor no hablemos del 'porqué'. ¿Será que me estoy conviertiendo en eso que siempre odié... una vieja llorona y quejica por estupideces y sinrazones? ¡Bah!

Me encantaría contar con un botoncito de 'reset', olvidarme de uno que otro detalle y 'reiniciarme' con un poco más de energía, de ánimo y de disposición a la vida. ¡No son complacencias!... Chingao.

La viducha de porquería se desquita conmigo de todo lo malo que le han hecho otras personas... y yo, con mi cara de norompounplato, me chuto sus desvaríos y me encierro a lloriquear como la nena que siempre he negado que soy... Blah, blah, blah.

Pos es que estoy apachurrada, ¡carajo!... ¿con qué jeta me quejo?... quizá con la jeta de víctima... la que corresponde al momento... la que no me deja GRITAR todo lo que quisiera... la que se pone de acuerdo con la estúpida casualidad que me pone el pie para que no llegue a donde quiero... ¿Por qué, por qué, por qué?... Ñeh.

Las altas temperaturas de esta primavera me ponen de malas, las situaciones incómodas me obligan a 'arranarme' y desear que se acelere el 'tic-tac' del reloj... las respuestas inexistentes me golpean con el puño cerrado y me tumban en un innegable y rotundo K.O. El público abuchea enardecido y pide que dé más... que me esfuerce tantito y que ignore los pajaritos que vuelan alrededor de mi cabecita loca. El réferi cuenta, lento para mi gusto...

Las imágenes se ven borrosas, mis ojitos coquetones se entrecierran tratando de entender lo que sucede... intento ver más allá de lo evidente, necesito una espada de Thundera. Necesito poner atención, relajarme y escuchar el latido de mi corazón... ese sí funciona todavía. Supongo que será el que me ayude a levantarme, secarme el sudor de la frente, ajustarme los guantes y seguir en la pelea...

¡SOY LA CHIDA DE LA HISTORIA!... (no grito, es que de verdad necesito creérmelo).

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