sábado, septiembre 03, 2011

De putas y otras cosas... Parte 2

¿Se acuerdan que les debía un post? Si no se acuerda, querido lector de 2 que 3... pos que pinche olvidadizo... ande, píquele aquí y coma muchas almendras... dicen que son buenas para la memoria... Jo!

Ya sé que me tardé mucho para venir y contarles pero, chingá, como si el tiempo me sobrara... aunque no lo crean, también tengo vida y muchas, muchas cosas qué hacer. En fin, fue un viernes de mayo, oh sí, lo recuerdo perfectamente... estaba en pleno cierre de edición... yo creo que por eso se me fue la onda y después ya no vine a contarles... pero lo estoy haciendo ahora, ¿no? ¬¬

... un viernes de mayo, mi Tarzán estaba fuera de la ciudad y yo 'tristiando' solita... entonces mi amigo Chava me sonsacó para ir a tomar unas 'chelas'... fuimos a un bar del centro en el que, para no extrañar, suele concentrarse la comunidad 'bellartosa'. Estudiantes, egresados y profesores de la facultad de bellas artes se dan cita en ese lugar pues, además de contar con el ambiente 'cantinezco' y música chida, claro, las chelas son mucho más baratas que en otros lugares.

Así iba yo en mi calidad de egresada y él de egresado- profesor... al principio me cagó la idea de ir ahí porque lo más seguro era que nos encontraríamos a algún(nos) conocido(s) y yo, en mi mood antisocial, lo único que quería era emborracharme...

No es que sea yo adivina, aunque a veces le atino, pero en este caso era sólo cuestión de lógica. Para empezar el lugar estaba hasta la madre de fachosos, 'jipis', intelectualoides, pandrosos, artistas y mugrosos... sí, no se preocupen, encajé perfecto... entonces la opción fue estirar el cuello y buscar una mesa a la qué agregarnos... - mira, ahí están algunos de mis alumnos, ¿vamos?... mi cara de 'ya qué' lo dijo todo pero, las ganas de un rato rico y algunas cervezas, pudieron más. Conocí a 5 tipos y 3 viejas, todos ellos estudiantes de artes visuales... cheleros y desmadrosos... aunque, si ahorita me preguntan sus nombres, la neta ya no me acuerdo, je.

Platicábamos de todo un poco, trivialidades, güeyes, viejas, profesores de la facultad y cuestiones ñoñas de artistillos y diseñadores, obvio, mientras bebíamos cerveza tras cerveza. Así transcurrió el tiempo y nos la estábamos pasando bien chido... algunos tuvieron que retirarse y quedamos en la mesa: 1 vieja, 3 estudiantes, Chava y yo. Pasado un rato a uno de ellos se le ocurrió preguntar, de modo inocente (ajá), que si no queríamos ir a 'seguirla' al *Fiesta Charra... todos voltearon a verse con cara de 'ah, no mames, ¿en serio?'... yo de inmediato dije que sí y Chava volteó a verme con cara de 'ah, no mames, ¿en serio?'. Pagamos las chelas (lo que me acaba de recordar que todavía me debe lana ese güey ¬¬) y emprendimos la graciosa huída.

Al llegar, al mencionado antro, nos separaron a hombres y mujeres... ellos entraban por la puerta principal y a nosotras nos condujeron por, digamos, la puerta de atrás... después nos encontraríamos todos en la mesa que nos fue asignada. La verdad es que yo no entendí por qué lo hicieron así, más tarde se lo pregunté al mesero y me dijo que era para evitar que algún borrachín fuera a faltarnos al respeto... bueno. Obvio era imposible que nos confundieran con las meseras o las 'señoritas' que ahí prestan sus... ejem... servicios, aunque la medida me pareció adecuada.

Mientras trataba de acostumbrarme al ruido (eso que ellos llaman música, pero no lo es) y a la oscuridad + juegos de lucecitas de colores, pedimos cerveza para todos... fue entonces que me di cuenta que nos tocó un 'buen lugar'. Estábamos en un tipo de balconcito que quedaba justo frente a la 'pista de baile' que, obvio, contaba con un reluciente tubo en medio.

Las 'señoritas' bailarinas pasaban de una en una y hacían, exactamente, la misma pinche rutina todas... ¡hueva!. Subían, ayudadas por una ruco... tan ruco como desagradable que, a la vez, era el mismo que recogía la ropa de la que, más adelante, se despojaría la 'bailarina' en turno. Acompañadas de música de 'teiboldans' se restregaban contra el tubo, caminaban lentamente alrededor, deslizaban sus manos de un lado al otro del cuerpo, como diciendo: vean qué buena está la mercancía. Al cambio de música empezaban a quitarse la ropa, aunque no era mucha, desde el inicio ya iban medio encueradas... y terminaban completamente desnudas... un rato más de baile, de supermegahueva y ya... sí, sí... ¿ya?... Uhquela! y así una y otra... y otra... y otra vez.

Lo único que cambiaba era la jeta de la chica porque, más o menos chichonas, nalga parada o sin ella, con o sin depilar, rubia, morena o pelirroja... todas eran exactamente lo mismo. El tema de discusión era si las chichis, de tal o cual, eran naturales u operadas, si estaba desproporcionada... -Sí, porque no me la han proporcionado a mí... El comentario guarro de uno de ellos... ¬¬

Sólo 2, de no sé cuántas, hicieron el 'choucito' ese de treparse al tubo, soltar las manos, dar vueltas y ¡tarán!... a lo que mi amigo me dijo: - güey, si quieres ver malabares mejor ve al Cirque du soleil... ¡Mamón!

En serio, no sé a qué va un hombre a un 'teibol'... ¿ver viejas encueradas de lejos contonearse sin gracia, ridícula y mamonamente...?, ¡¡mejor vean porno en su casa!!, puede que les prenda más...
Entre cerveza y cerveza me enteré de la forma en la que funcionan esos lugares, unas chicas bailan en la pista y otras sobre la mesa que más aplauda... cobrando, claro. También están los 'otros' servicios por los que hay que pagar un poco más y que son identificados con la etiqueta de 'privado'. Chichis y nalgas por doquier, hombres que babean y disfrutan de un placer tan efímero como vulgar.

Putas, les llaman... aunque algunas sólo bailan (o hacen como que bailan)... otras nomás son meseras, las más 'chingonas' son las que prestan más... ejem... servicios y, claro, las que cobran más. Me pregunto, aunque lo sé, si habrá grandes historias detrás del 'trabajo' que ejercen esas mujeres... En fin.

Yo nomás me puse peda.


Soy la chida de la historia.



*Conocido 'putero' de la ciudad de Querétaro.

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