Como les anticipé, desde hace una semana, ayer fue cumpleaños de la chida, hell yeah!. Los primeros 4 años de exhibición, amistad, aprendizaje y sano desmadre.
4 años...
4 años...
4 años...
4 años...
A ustedes que siguen ahí, mis 2 que 3 lectores, muchas gracias por permanecer... por seguir leyendo palabras necias de una (ex)mujer en apuros... por sus consejos, a veces tercos y mandones... por sus palabras de aliento que, la mayoría de las veces, terminaron en un 'telodije' y por compartir lo que soy y lo que siento... ¡Gracias!
La chida de la historia se ha convertido en una persona distinta a la que comenzó este, su humilde blog de confianza... distinta en detalles irrelevantes (algunos no tanto) pero la misma en esencia. Los lloriqueos continúan, el deseo de felicidad eterna se ha convertido en obsesión, el amor de mis amores es parte del plan eterno y las necesidades van cambiando día a día.
Ustedes son testigos de cada acontecimiento que me ha llevado hasta este punto, los personajes de mi viducha de porquería (puestos a disposición del jurado chido, o sea, ustedes) han desfilado cual aspirante a reina de belleza y, muchos de ellos, perdieron la corona antes siquiera de pedir la paz mundial.
Este debería ser el post de los agradecimientos pero... acuérdense que vienen navidad y findiaño... algo debo dejar para esos días, ja! Así que, sin más preámbulo, pongámonos de pie y, alzando las copas (las de vidrio que deben traer en la mano ¬¬), digamos, ¡salud!... por todo lo que ha pasado, por lo que está por venir y porque la realidad siga siendo tan chingona como lo ha sido hasta ahora... ¡Aplausos!
Soy la chida de la historia.
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