viernes, febrero 10, 2012

Mi Tarzán

Enero es un mes especial, lo es desde hace 3 años que fue cuando conocí al que, ahora sé y no tardé mucho en descubrir, es el amor de mi vida... sin importar lo cursi o ñoño que esto suene. El destino, la vida y Dios me dieron bofetada con guante blanco al demostrarme que la felicidad es posible, que las personas adecuadas llegarán... tarde o temprano... y mi persona adecuada llegó para quedarse a mi lado para siempre.

El mes pasado celebramos, casi con bombos y platillos, nuestro tercer aniversario... y todo se resume en, como él lo dice... un tarde lluviosa de enero en la que éramos solo un par de extraños... jamás nos imaginamos que las cosas sucederían como lo han hecho y que llegaríamos a vivir tantas y tantas experiencias maravillosas...

Sabemos que aún quedan muchos retos qué sortear, muchas metas que alcanzar y retos qué cumplir... pero estamos concientes de que nuestro amor es real y fuerte... tanto que es capaz de hacerle frente a lo que sea...

Si yo tuviera que decirle algo a mi querido Tarzán serían 2 cosas: ¡Gracias! y ¡Te amo!...

... nada más.

Queremos casarnos, sí... pero los 2 sabemos que un papel no representa todo lo que sentimos y deseamos. Queremos tener un hijo... ufff, pero eso es algo que aún no terminamos de decidir... y no por nosotros, en fin, los mantendré informados al respecto.

Ahora intento llevar mi mente a los recuerdos de mis años de amargura, aquellos momentos en los que me negaba a cualquier posibilidad que pudiera, siquiera, exponer un poco mis emociones, y de verdad lo intento, pero no puedo... la felicidad me hace sentirme bien, plena, contenta... ¿Cómo pude estar perdiéndome de todo esto?... ¿cómo pudiste estar fuera de mi vida y yo necesitándote tanto... tanto?... ¿cómo es que, estando tan cerca, estábamos tan lejos al mismo tiempo?...

¡TE AMO!... Héctor... con toda la fuerza que puede salir de este corazoncillo de porra que, hoy, late a ritmo compartido... contigo...

¡TE AMO!... y pretendo pasar el resto de mi vida a tu lado... luchando... creciendo... disfrutando...

¡TE AMO!... y juntos haremos frente a lo que sea...

¡TE AMO!... así, sin más, porque sí... Dios tenía decidido que tú y yo nos encontráramos... sin importar cómo o qué tuviéramos que pasar antes...

Héctor... ¡TE AMO!

La Chida de la Historia...




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