No, no es que esté contenta por algo en particular... no es que una sonrisa enorme, de esas de oreja a oreja se dibuje en mi cara... en realidad a lo que me refiero es a que mis emociones van y vienen, suben y bajan, se revuelcan y dan maromas... en fin, están tan locas como los murciélagos que las transportan de un lado a otro.
Hoy venía con la intención de escribir tonterías, despotricar en contra del primero que me pasara enfrente... quería gritar que estoy cansada de muchas cosas y necesitada de otras. Estoy enojada, un poco tristona y decepcionada de unos 'algos' y quizá algunos 'alguienes'... estoy, puede que también, un poco histérica y con ganas de que algo pase, no sé qué... algo, lo que sea.
No voy a hacerlo, no voy a decir ninguna de esas palabrotas que tan bien me salen... tampoco quiero llorar, soy bien macha y me aguanto... solo voy a teclear lo que salga, si sale.
Me preocupan las caídas, me asusta que llegue el momento en que ya no pueda o quiera levantarme. Soy luchona... una guerrera, dirían algunos... pero las guerreras también nos cansamos, también tenemos límites y dejamos de soñar con ganar la guerra... Cedemos y aplicamos estrategias que, tristemente y de manera eventual, algún día dejarán de ser efectivas. Ya ni sé lo que digo... o escribo.
A ratos me atrevo a soñar, a creer que todo puede ser mejor, a pensar que mi trabajo es suficiente para mantenerme en guardia... y luego sucede que me topo con gente que, con burlas incluidas, me tumba el teatrito y, de paso, me tumba a mí. Bah.
Es tu culpa, chida... es lo que me dirían ustedes y, ya sé, tendrían razón... No me hagan mucho caso, la emoción de este momento es más bien mamonsona.
Soy la chida de la historia.
Hoy venía con la intención de escribir tonterías, despotricar en contra del primero que me pasara enfrente... quería gritar que estoy cansada de muchas cosas y necesitada de otras. Estoy enojada, un poco tristona y decepcionada de unos 'algos' y quizá algunos 'alguienes'... estoy, puede que también, un poco histérica y con ganas de que algo pase, no sé qué... algo, lo que sea.
No voy a hacerlo, no voy a decir ninguna de esas palabrotas que tan bien me salen... tampoco quiero llorar, soy bien macha y me aguanto... solo voy a teclear lo que salga, si sale.
Me preocupan las caídas, me asusta que llegue el momento en que ya no pueda o quiera levantarme. Soy luchona... una guerrera, dirían algunos... pero las guerreras también nos cansamos, también tenemos límites y dejamos de soñar con ganar la guerra... Cedemos y aplicamos estrategias que, tristemente y de manera eventual, algún día dejarán de ser efectivas. Ya ni sé lo que digo... o escribo.
A ratos me atrevo a soñar, a creer que todo puede ser mejor, a pensar que mi trabajo es suficiente para mantenerme en guardia... y luego sucede que me topo con gente que, con burlas incluidas, me tumba el teatrito y, de paso, me tumba a mí. Bah.
Es tu culpa, chida... es lo que me dirían ustedes y, ya sé, tendrían razón... No me hagan mucho caso, la emoción de este momento es más bien mamonsona.
Soy la chida de la historia.
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