Ustedes lo saben, yo estoy consciente de ello… soy una de las personas más pinches mamonas, apáticas y culeras del mundo… bueno, quizá no sea para tanto, simplemente me reconozco incapaz de sonreír ante un mal chiste, soportar risotadas estúpidas, aplaudir pendejadas… ¡no puedo!… y, es literal… hay muchísimas cosas que hacen saltar mi vena de la paciencia.
Quisiera sonreírle al niño o niña que va en el asiento de enfrente, pero no puedo… Quisiera seguirle la corriente a la vecina chismosa que se queja de todo y cuenta intimidades de otros vecinos, pero no puedo. Quisiera cederle el asiento a la muchacha (a lo mucho veinteañera) que lleva niño y mochilón a cuestas… pero no puedo, porque más atrás hay muchos asientos disponibles. Quisiera tantas cosas que en realidad no quiero hacer… lo correcto sería decir que quisiera querer… pero tampoco quiero, no puedo.
Es un martirio para mí que, en el transporte público, se siente a mi lado un niño o niña que todo el tiempo vaya codeándome… de verdad, en mi imaginación soy capaz de hacerle cualquier tipo de cosa horrible, con tal de que se quede quieto (a)… pero en la vida real solo puedo verlos feo o, en el peor de los casos, devolver el codazo.
Me caga que haya tipos que (a pesar de mi deformidad física, acá gordura o exceso de sabrosura) se me queden viendo… me recorran de arriba a abajo con la más puerca de sus miradas y, los más pinches descarados, hagan algún contacto físico 'accidental'… Güey, si no soporto que alguien con buenas intenciones se me acerque, mucho menos que lo haga cualquier hijo de puta asqueroso.
… pero bueno, con eso último me fui lejos… mi nivel de IN-tolerancia es grosero, pero no es porque simplemente yo quiera ser así, lo juro… mi cuerpo, mi mente y toda yo, cuento con cierto radar… una sensación que me hace estremecer, en el peor sentido de la palabra… y rechazar sonidos, gestos, olores, contactos. No soporto música a muy alto volumen, me estresa la respiración de ciertas personas a poca distancia mía… El otro día, por ejemplo, iba en el transporte público… yo iba sentada del lado del pasillo y el autobús ya iba un poco lleno… entonces subió una señora, no gordita… no llenita… no, semejante mujerón que, a riesgo de sonar exagerada pero sin intención de, era más ancha que alta… entonces se paró justo a un lado mío… Todo el aire que salía de su nariz y boca caían encima de mí, su panza y sus chichis quedaban muy cerca, su perfume corriente penetraba mis fosas nasales y un asco repentino estuvo a nada de hacerme vomitar, es decir, fue una combinación de todo… y miren que yo no soy una varita de nardo… pero cuando su abultado (abultadísimo) abdomen se posó, neta, sobre mi brazo porque alguien intentaba pasar detrás de ella pero el espacio era reducido, opté por levantarme y dejarle mi asiento pues la situación se tornó mucho más que desagradable…
Pero no solo fue con la señora gorda, también me pasa con los señores que, sin ningún tipo de reserva, se acercan demasiado y embarran sus miserias en mis brazos… ARGH!… los niños que me tocan el cabello, se me recargan y, peor aún, me hablan o sonríen… PUAJ!!
Sí, sí… soy una re mamona que lucha por sobrevivir en un mundo de gente que no respeta mi espacio vital… soy una pinche vieja que no sonríe a cualquiera… soy la culera que prefiere ir de pie que sentada junto a la señora que trae dos niños (de 5 y 6 años) pero se amontonan los 3 en un solo asiento para ahorrarse un pasaje… a pesar de que el letrero dice que los mayores de 3 años ya pagan.
Y no serviría de nada intentar ser diferente, como les dije, no es algo que yo decida… simplemente mi cuerpo y mi psique reaccionan así, y no es de ahora… creo que siempre ha sido de esta forma. Puedo intentar defenderme diciendo que es sin intención, ¿pero de qué sirve?. Algunos dirán: hey, chida… cómprate un coche… y yo respondería que lo haría si tuviera el dinero… pero aún al volante hay muchas cosas molestas, ya les contaré.
Soy la chida de la historia.
1 comentario:
Jajajajajajaja, "deformidad física" ...
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