sábado, octubre 14, 2023

Al rescate.

Pasa como cuando, desafortunadamente, un desastre natural azota algún lugar... Después del madrazo y ante el sufrimiento de la población, los equipos de rescate hacen su majestuosa aparición y trabajan, arduamente, para apoyar y tratar de reconstruir lo que se pueda pero, aunque lo consigan, nunca nada vuelve a ser igual.

La semana pasó y, sin temor a equivocarme, fue de las peores de todísima mi vida... pero el instinto de supervivencia está cabrón y heme aquí, juntando los cachitos de mi corazón y dándome el lujo de volver a intentarlo porque, carajo, quién no quiere probar sus teorías y saber si un último estirón ayuda a hacer un moño bonito. 
Luego de silencios que parecían eternos, incontables lágrimas derramadas y sollozos sin fin; el susodicho y yo logramos llegar a un acuerdo y estamos dispuestos a poner cada uno de nuestra parte para que esto continúe o termine de desmadrarse, no sé. Yo, como ustedes bien lo saben, mis queridos dos que tres lectores, soy una soñadora empedernida y, como siempre, seré capaz de dar todo y más con tal de conseguir una sonrisa, mía si es posible o de alguno de los que amo, y al susodicho lo amo con todas las fuerzas de mi corazoncillo de porra, quizá es por eso que todo fue tan doloroso, tan triste, tan dramático.

A ver, eran 15 años de mi vida... no sólo eso, fue/es un sueño por el que he luchado, aún en contra de otro(s) de los amores más grandes que tengo en la vida: la iglesia y mi papá. Tuvieron que pasar 4 largos años de silencio para que, ante su fuerte orgullo y todo el amor que él también siente por la institución que da cobijo a nuestra fe, mi papá me volviera a dirigir la palabra y, al cabo de otros tantos años y por el amor que también a mí me tiene, dejara de lado todos sus prejuicios y ahora lo trate (al susodicho) como a uno más de la familia. Además, lo más más importante de todo, estaba viendo esfumarse mi plan de vida y, ya sé, si así hubiera sido, yo habría tenido que replantear de otra manera.
 
 

Proceso de reconstrucción.

Los brigadistas llegaron, están buscando sobrevivientes entre los escombros y por allá, a lo lejos, se escucha una débil tosecilla, parece que encontraron al corazón aún con vida, ¡qué suerte!... El cerebro está debatiéndose entre la vida y la muerte, por ahora reposa en un coma inducido que, crucemos los dedos, tenemos la esperanza lo llene de fuerza para que, al despertar, vuelva a ser el mismo de antes.

Yo no soy capaz, no sé cómo lo hacen los demás. de resetear lo malo y hacer como que nada pasó. No les puedo mentir, amigos, yo quería esto, se lo pedí a Dios con todo mi corazón, quería que todo fuera como antes y así continuar con la vida que tenía y a la que, quizá erróneamente, estaba muy acostumbrada. Deseaba profundamente que él viera todo lo que habíamos construido juntos y que no podíamos darnos el lujo de, así porque sí, dejarlo abandonado como esos lugares horribles que parecen tierra de nadie. Lloré y lloré noche y día porque no daba crédito a la situación, no podía creer la facilidad con la que alguien rechaza que lo amen, que lo cuiden... no podía entender cómo no le conmovía el trapo en el que me estaba convirtiendo, consecuencia de su decisión. No podía creer que no me amara tanto como yo a él.

El acuerdo se logró, no hubo pliego petitorio, tampoco firma de contrato... y ahora, contrario a lo que pudieran imaginar, no sé qué sentir. Quizá sea solo la resaca de los días tan asquerosos que viví, quizás estoy herida y no sé cómo sanar porque al parecer sigo sangrando, quizás estoy jugando de nuevo a 'la salvadora' y me estoy dejando de lado para volver a pensar en él y sus necesidades.
No no no, no me malentiendan, sí quería esto pero es que me siento como una niña caprichosa que, con el afán de que le compraran un helado de tres bolas, hizo un gran berrinche y ahora que lo tiene porque la pataleta surtió efecto, ya no sabe qué hacer con él. Argh.

Hoy ha sido un día raro, mi mente y mi corazón están muy aturdidos y necesitan reposar, respirar profundamente y tratar de continuar. Yo estoy bien, o voy a estarlo, trataré de seguir siendo fuerte pero coherente conmigo y mi naturaleza porque si no, caray, entonces quién chingados es la chida de la historia,

Gracias, queridos míos por no dejarme sola, por hacerme caer en cuenta de lo afortunada y bendecida que soy por contar con cada uno de ustedes... Neta, gracias miles.

Mención aparte y muy especial a mis hermanacas porque son unas chingonas que, sin tomar partido ni lanzársele (al susodicho) a la yugular, me hicieron saber una vez más que puedo contar con ellas y que nunca nunquísima, nada ni nadie nos podrá derribar si permanecemos juntas. ¡LAS AMO!

Qué chingados, sigo siendo la Chida de la historia.

2 comentarios:

Coŋejo pestilente dijo...

¡A huevísimo que sigue siendo la chida carajo! qué bueno que poco a poco todo está saliendo, mire como el inútil que soy diría "ay pos no se enamore y ya" que viene siendo algo así como si yo me quejara que no puedo ser noruego por medir 1.70 ser prieto y feísimo a más no poder y alguien me dijera "ay pos crece y vuélvete blanco ojiazul" POS NO SE PUEDE CHINGAO, lo mismo supongo que es con el amors y ya lo dijo un poeta "el amor dura lo que dura dura" y para mí es ciertítismo, nunca he tenido novia por menso, porque no sé qué hacer, no sé qué ofrecer de mí mismo, entre familia no nos queremos MENOS a los fuereños de otras, tons para serle honesto yo esas cosas del amor se me hacen como ser un piloto aviador, NO CUALQUIERA y los MUY POQUITOS que lo son, son buenísimos, aún con detallitos técnicos. Tons igual y eso de la aviación no es lo suyo doña Chida por más que queramos volar nomás no.

Y pues así de lejos veo lo que hace el des-amorsh y me da como miedito, no gracias, paso sin ver por eso no beso de boca porque luego se enamoran de uno y pus no —AY ME MAMÉ hehehe—. Bromas a parte, no sé bien qué decirle que la anime porque como siempre de un Zavala, igual ya metí la pata con mi comentario o no sé, lo que sí es que yo soy como un tipo que vive en un departamento en un décimo piso y usted vive a varios edificios alejada y también en un piso alto y pos no veo lo que hace ni la escucho y viceversa, entonces lo más que puedo hacer es echarle porras, gritarle desde la ventana o poner una pancarta en mi ventana para que la lea "¡SIGA CHIDA!". Así me siento con mi blog, es una comunicación muy lejana en la que sólo vemos letras, en cambio sabemos que detrás de ese muro de texto (como éste) hay una persona, aunque no pueda hacer mucho pues le digo (o escribo) áni... ah que eso no, de veras... este pues, fuerte abrazo de Thor chingao ¡siga chida!.

la chida de la historia dijo...

Jajaja, me encantan tus ocurrencias... Y sabes qué, a pesar de todo, yo te recomendaría que no te resistas, que te des una oportunidad porque no por nada el amor inspira tanto a tantos artistas... Usté bese en la boca, meta la lengua y hasta muerda si es necesario... He aprendido que es mejor arrepentirse de lo que me se hizo que de lo que no...
Muchas gracias por las porras y la presencia, abrazos chidos.