lunes, diciembre 31, 2012

Saquen las uvas...

Definitivamente estoy lista para decir adiós al 2012... no hay duda alguna que ha sido el peor año de mi vida en muchos aspectos. 

  • Laboral y económicamente fue terrible... aunque debo reconocer que me dejó grandes enseñanzas con respecto a valorar lo que tengo y lo que quiero. 
  • La situación política de mi país y las estúpidas posturas de algunos me obligaron a disminuir mi lista de amigos... pero la decisión fue de ellos/ellas.  
  • Supe que hay gente que defiende sus 'ideales socio-políticos' más allá de una amistad de muchos años... supe también que hay quienes ponen su vida, de manera casi literal, en manos de falsos mesías que les prometen el cielo, las estrellas y una realidad por completo utópica. La gente es más ilusa y estúpida de lo que aparenta.
  • Entendí que soy importante para muchas personas... mis verdaderos amigos, mi familia y Héctor son quienes, pase lo que pase, van a estar siempre ahí para mí... ¡Pase lo que pase!
  • Confirmé que estoy al lado del hombre que quiero acompañe mi deambular por este mundillo tan de porquería a veces...Gracias amor, por ser quien Dios destinó para mí, para ser el papá del o los hijos con que algún día seremos bendecidos... Gracias por ser mi mejor amigo, mi confidente y el cómplice ideal de mis locuras, sueños e incluso desatinos. Un año más a tu lado y yo feliz. TE AMO...
  • Volvió a ser tangible la realidad, la vida y la muerte...
  • El 2012 se llevó a una de las personas que más amo en el mundo... mi vida no volverá a ser la misma sin ella... mi Mariquita hermosa, mi cabecita de algodón... mi abuelita chula.
  • Redescubrí las redes invisibles de una amistad vía internet... debo agradecer, con lágrimas en los ojos y el corazón lleno de amor, todas sus palabras de aliento en los momentos difíciles y las sonrisas compartidas cuando las cosas pintan bien. A ustedes que me leen, que me escuchan... gracias infinitas por estar y regalarme un poquito de su tiempo, un pedacito de su corazón... es por completo recíproco.
  • Decidí seguir siendo yo, con las modificaciones que el tiempo y las experiencias han ido haciendo a mi esencia... pase lo que pase, aún con el corazoncito apachurrado y extrañando a mi Mariquita, seguiré siendo la chida de la historia.

martes, diciembre 25, 2012

Hasta siempre, abuelita.

Cuando era chiquita me sentía orgullosa y afortunada de tener vivos a mis 4 abuelitos, tenía incluso a la abuelita de mi mamá y eso me hacía ser la más chingona de todos mis compañeritos en la escuela, en el catecismo y donde fuera... En cualquier conversación sobre abuelos yo sacaba a colación, no de manera poco presuntuosa; ¡yo tengo 5!... y eso me hacía por completo feliz.

Cuando iba en la secundaria tuve que despedir a mi abuelita Toña, la abue de mi mamá, que tantas veces vino a casa a cuidarnos y nos enseñó a rezar el Rosario y esa breve e infantil oración de 'Pininito' que, hasta donde he podido averigüar de mayor, es un 'rezo' dirigido a un santo de nacinalidad argentina.

Pininito, Pininito
me fui por un caminito
me encontré con un santito
me dijo que Dios era mi Padre
y san Pedro mi pariente
me puso una cruz en la frente
para que diablo
nunca nunquísima me encuentre.
Amén.

Un día llegamos del circo, mi papá nos había llevado a uno de esos chafitas en los que la mejor atracción son los elefantes sucios, los leones flacos y las cebras maltratadas. Mi mamá trabajaba como enfermera en el hospital en el turno de la tarde, en cuanto entramos a la casa, sabiendo que ella 'debía' estar trabajand en ese momento... llorando le dijo a mi papá: ya se nos fue mi viejita.


Unos años después tuvimos que decirle adiós a mi abuelita Meche, mamá de mi papá. Enfermó de gravedad y la tuvieron que hospitalizar... tuvo una sorpresiva mejoría, incluso la dieron de alta y, un par de días después, falleció en su cama. 

Recuerdo que era un día sábado... estábamos en la casa y mi hermanaca 'la negra' se había quedado dormida en la sala... de pronto se despertó llorando y gritando: ¡¡mi abuelita, mi abuelita... se murió mi abuelita!!. De inmediato sonó el teléfono y era para avisarnos que, efectivamente, mi abue acababa de fallacer.

*   *   *

El viernes por la mañana recibimos buenas noticias, a mi abuelita María le había retirado el ventilador y respiraba sin ayuda, la mejoría era notoria y las esperanzas crecían. Al mismo tiempo yo peleaba con las injusticias laborales, los pagos no realizados y las vacaciones que se acercaban peligrosamente. Tuve que trabajar horas de más y tomar 2 camiones para llegar a la casa de mis papás. Mi mamá llevaba todo el día en el hospital. Cuando llegué a la casa, sin siquiera haber desayunado, a las 4 de la tarde... me dijeron que mi hermana Bety (la mayor, que también es enfermera) se había ido corriendo al hospital porque le habían dicho que mi abue se había puesto mal...

Menos de una hora despues recibimos la llamada, en realidad la recibió mi hermanaca 'la negra' y yo, por el cambio de expresión en su mirada, supe lo que había sucedido.

De inmediato pensé en mi mamá... en mi abuelo. Un golpe de realidad me sacó de mis pensamientos y las lágrimas ya cubrían mi cara, fue inevitable. Corrí a la habitación de mis papás y le agradecí a Dios que ya hubiera librado del sufrimiento a mi viejita. Quizá es que no podía pensar en nada... quizá es que ni siquiera hacía falta... nada dependía de mí, los hijos eran los que tenían que actuar... ser fuertes... manejar la situación... me di el lujo de llorar, de extrañarla, de saber que ahora hay alguien más en el cielo cuidando de mí y de los que quiero.

*   *   *
Mi querida Mariquita... estés en donde estés... échanos un ojito, sigue siendo nuestro ángel y échale porras a tu esposo, hijos, nietos y todos los que sufrimos con tu partida. Pídele aldealláarriba, que ahora lo tienes al lado, que nos dé resignación y madurez para aceptar que no estás aquí físicamente... pero nos cuidas desde allá y eres más feliz de lo que nunca fuiste acá.

Los recuerdos pasaron por mi mente y mi corazón durante el breve pero amoroso velorio en el que tu casa, una vez más, nos acogió y guardó nuestro llanto... sólo que ya no estabas ahí para secarnos las lágrimas, darnos un beso y consolarnos con tu sonrisa tierna que todo lo curaba.

Mi viejita... te extrañamos mucho... pero somo conscientes de las decisiones de Dios y de que por fin estás en el lugar por el que luchaste siempre... por el que compartiste con todos nosotros la forma de acercarse a Dios y estar en 'contacto directo' con Él a través de la fe y la oración.

Hasta siempre, abuelita.
Ahora puedo no ser la que más abuelitos vivos tenga... pero soy la que tiene a los más chidos angelitos que me cuidan de manera exclusiva.

Soy la chida de la historia.

martes, diciembre 18, 2012

No lo merezco...

Definitivamente no soy un pan de Dios... ninguna perita en dulce y menos una monedita de oro... No soy ni lo más remotamente cercano a una buena persona y, sin embargo, estoy llena de bendiciones y cosas bonitas... Quizá no sea porque yo lo merezca, ni siquiera podría explicar las razones por las que termino salpicada de detalles chidos y personas que lo son mucho más...

'La chida de la historia', me autodenomino y hay quienes pensarán que me queda grande el mote pero a esas personas les diría que me importa un cacahuate lo que opinen (si sabes quién eres, ¿qué chingados haces aquí?)... Me siento chida porque me sé con la capacidad de sobrevivir a esta viduchilla de porquería... porque sé que, pase lo que pase, haré frente a la situación y... aunque a veces tropezando o cojeando, quizá desangrándome; haré lo posible por llegar a la meta fijada.

El único mérito que acaso tengo es 'saber luchar'... no sé si con los mejores métodos o siquiera los más ortodoxos... pero jamás dejo de luchar. A ratos me caigo... y lloro porque me duele, puede que me permita un rato de sobarme el golpe, aplicar pomada y pegar un curita en mis heridas pero después, aunque siga doliendo, me levanto para pedir que no detengan la pelea, que puedo y quiero continuar hasta el último round.

El último año ha sido complicado... ¡mucho!, pero quizá es cuando más y mejores cosas he aprendido. Dios y la vida me permitieron llegar al fondo, caer de mi zona de confort y entender que no soy el ombligo del mundo, que las comodidades no son eternas y que la humildad no es uno de los valores más fáciles de mantener. Enfrenté momentos de rabia, soledad, temor, tristeza y apatía. Me atrevía a reclamar aldealláarriba por lo que no tenía y añoraba con falsa honestidad. Vi y valoré lo que sí tengo... las personas que me aman y que, sin fijarse en mis debilidades, me lo demostraron todo el tiempo.

El amor, ah... bendito sea el amor. De los tropezones con la vida pude entender que no estoy sola, que mi gente me quiere. Mi familia ha estado siempre ahí, soportando mis caídas y sosteniéndome para que no me rinda jamás... Mi Tarzán, amado mío... es de lo mejor que me ha sucedido, de lo que menos creo merecer... mi mejor amigo, confidente y amante. Si yo pudiera reprocharle algo sería: ¿por qué tardaste tanto en aparecer?... 

... Hoy no venía a escribir nada en específico, es que si no atiendo el changarro me vuelvo loca. Ya sé, ya sé... tanto tiempo estuvo abandonado y por eso ya casi no viene nadie a visitar, espero seguir teniendo lectores... espero venir a escribir buenas noticias muy pronto... espero... espero.

Dios concede milagros, de eso no me queda ninguna duda... y le agradezco el bienestar de los míos. No lo merezco... ellos sí.

Soy la chida de la historia.

lunes, diciembre 17, 2012

El cielo puede esperar...

Entre los sustos por la salud de mi abue, las complicaciones laborales y la bola de estúpidos que pululan por el mundo... sin que mi Querétaro lindo sea la excepción... hoy casi morí de hambre. Mi Tarzán y yo nos la pasamos corriendo toda la tarde de un lugar para otro... después de haber lidiado, cada uno por su lado, toda la mañana con los personajitos de cerebro chaparro que osaron cruzarse por nuestros caminos.

Un par de horas perdidas en el banco y el casi infarto al llegar (por fin) a la caja y no traer los datos correctos para realizar la transacción bancaria correspondiente, correr a disfrazarme para una nueva entrevista de trabajo, hacer las compras de los regalos para los clientes de Héctor y desayunar, por el amor de Dios... desayunar a las 7.30 de la tarde/noche. Mareada, con dolor de cabeza, con un chingo de hambre y con el amor de mi vida haciéndonos compañía de manera mutua.

*   *   *

En la mañana supe a través de mis hermanas que:

Mi abue va evolucionando bien: ya le quitaron las aminas (medicamento que ayuda a mantener estables la presión arterial y frecuencia cardiaca), también están modificando los parámetros del ventilador (si todo sigue bien se lo quitan en breve), está conciente... responde a preguntas moviendo su cabecita de algodón y mueve ambos brazos a voluntad. Pa'cabar pronto, lucha con todo para mejorar.

... ya podrán imaginar ustedes, mis queridos 2 que 3 lectores, la felicidad que esto me produjo... a mí y toda la familia... Lamento haber hecho tanto drama, supongo que a ratos no sé controlar lo que mi corazoncillo de porra siente pero... por eso vengo acá... a desahogar mis penas y pedir sus oraciones para que mis seres queridos estén bien. 

Gracias Dios... como bien lo dijo mi paisano: el cielo puede esperar... y mi Mariquita hermosa aún hace falta por acá...

Vayamos planeando esa comilona con carnitas porque sé cumplir mis promesas y porque la felicidad de saber mejor a mi viejita chula me anima a hacer planes así de chidos.

Soy la chida de la historia... y tengo una abuelita bien chida también.
 
ABUE, TE AMO.

Es un trato, María.

Esta tarde volví a verte... me siento un poco culpable por la sarta de tonterías que se me ocurrió contarte mientra tú, cansada y adolorida, me indicabas con señas lentas que no podías hablar... Sé que los tubos que te mantienen con vida también te lastiman... te causan daño y te cobran con intereses lo que hacen por ti. Sentí tu piel tibia... me animó la idea de saberte mejor.

Sigo firme en mi intención de no dejarme caer, quiero ser la fuerza que mi familia necesita para esperar pacientemente a que te recuperes y vuelvas a la casa para, como acordamos, celebrar juntas con unos buenos tacos de carnitas. Discúlpame abue, a veces mi recurso para no llorar es decir estupideces, espero que te haya alegrado un poquito el día.

Subí los 3 pisos con el corazón agitado, no solo porque lo hice por las escaleras pues me desespera la tardanza del elevador... Tenía ganas de comprobar que lucías mejor que un par de días antes... Me asusté cuando vi a una de tus sobrinas en el pasillo y no junto a ti, como se supone debería estar esperando... pero era solo que te estaban aplicando algún medicamento... 

Algunas personas de la familia no han entendido que sigues aquí, que no te has ido y... no lo sé, me molesta esa actitud... no se vale echarte tierra cuando aún sigues en pie de lucha... Confío en que vamos a ganar.

¿Verdad que sonreías cuando te contaba lo del día de campo en el jardín del hospital?... ¿Verdad que te habría encantado comer pastel con los enanos y ver a Isaac jugar con sus carritos nuevos y a Fer con su vestido de princesa y los caireles que le caían hermosos en su espalda?... ¿Verdad que pronto vamos a comer esos tacos de carnitas que te prometí si te ponías bien y volvíamos pronto a tu casa?... ¿Verdad que sí?...

Me gusta decirte que te quiero y acariciar tu cabecita blanca... y quisiera seguir haciéndolo siempre pero no en el hospital... 

Mi abuelito también te extraña, seguro es el que más... pero se muestra tan fuerte y tranquilo que me avergüenza traer los ojos hinchados de tanto llorar. ¿Sabes, abue?... algo me dice que no te vas, no María... aún quedan cosas por vivir, por compartir... tú no sabes cuánto te necesitamos... 

Me gusta recordar tu voz y te voy a decir un secreto: la única que puede, y además me gusta, decirme 'laurita' eres tú... y mi abuelito Pime... además no olvido que fuiste una de las que me apoyó en la decisión de estar con mi Tarzán... tus porras fueron (y serán siempre) lo máximo. ¡Gracias abue!

Una cosa más, María... acuérdate que hicimos un trato... solamente necesito que me digas si quieres acompañar con guacamole, pico de gallo, frijoles y salsa molcajeteada.

¡TE AMO!


viernes, diciembre 14, 2012

No te vayas, María.

En este momento no tengo en mente algo o alguien más que a ti.

Quiero pensar que los trámites espirituales están hechos ya, pretendo hacer entender a mi corazón que la distancia no será más que física... y aún así duele. Sé que mi vida no será la misma si tú no estás más entre nosotros. Quizá en este mismo instante, mientras yo trato de desahogar todo esto, tú estarás sufriendo o, no lo sé... puede que una vez más sea la última en enterarme y ya eres más feliz que yo y todos los que lloramos pensando en decirte adiós.

Anoche llevaron a mi abue al hospital... nada grave, me dijeron. La verdad es que me sentí estúpida porque, seamos honestos, a nadie lo llevan al hospital de noche si no es por algo grave. Mi abue lleva varias semanas con problemitas de salud, pero nada más allá de lo que pudiera considerarse 'achaques propios de la edad'... Un infarto de camino al hospital, complicaciones renales y pulmonares... los médicos ya dijeron que no se puede hacer nada más que esperar... y eso hacemos: esperar. 

Sé que es difícil pero no imposible... trato de ser objetiva, realista... pero no dejo de lado la ilusión y el deseo de que suceda algo mágico. Miro con insistencia la figura de de ese crucificado que me anima a creer, a desear con toda la fuerza de mi corazón que pase algo... ¡un milagro, por favor!

Jamás había pensado en este momento, es muy difícil decir adiós... más cuando se trata de alguien como ella... mi cabecita de algodón primera... mi abuelita hermosa.

Decidí que tenía que verte con vida, quizá por última vez... ¡viva!. Abuelita... aún estás con nosotros y yo quería sentir el calor de tu piel, besarte y abrazarte sabiendo que sigues siendo tú... la que me enseñó a rezar el Padrenuestro... la que con paciencia repasaba las oraciones que debía aprender de memoria para pasar el examen y hacer la Primera Comunión... la que me preparaba ese declicioso café con leche y los frijolitos fritos que nunca he conseguido igualar...

Siento horrible de saberte ahí, llena de tubos y dispuesta a lo que el Padre decida. Tus hijos y mi abuelito han decidido que no quiere que sufras más... que el camino está listo y que tranquila te puedes marchar...

Yo no, es decir... me encantaría que te quedaras más tiempo, sería muy feliz si te levantaras de esa cama y, aunque a paso lento y ayudada por tu andadera, pudieras regresar a disfrutar con nosotros de todo esto... Por favor, abuelita... inténtalo, ¿sí?

Confío en Dios, sé que Él no abandona a sus hijos y esto, bueno... esto solo es el trámite hacia la felicidad eterna.

Abue, si te vas... apártame un lugarcito a tu lado... pero si te quedas, te prometo que te voy a querer mucho más de lo que ya lo hago... No es chantaje, sólo piénsalo. 

TE AMO.