El otro día le estaba platicando a mi amigo Rafa acerca de las travesurillas que luego hacía cuando era una pequeñuela... bueeeno, algunas las hago todavía, pero de las que te voy a platicar en este caso... solo las hacía de chiquilla..
Resulta que para cuando yo tenía unos 7 u 8 años, los tocadiscos aún existían como cosa un tanto común (aunque a punto de desaparecer) por lo menos en mi familia... Mi papá siempre ha sido fan de la música romántica y desde pequeños trató de inculcarnos el gusto por la misma... nos enseñaba a cantar y jugaba con nosotros, hacíamos festivales y nos divertíamos mucho... claro, todo ello amenizado con el viejo tocadiscos que, además de ser su favorito, también era de esos aparatos vistosos que hacían paracer que la música te transportaba a otros mundos.
Los tocacintas estaban en pleno apogeo... los walkman y posteriormente los CD's, los CD player portátiles y ahora cualquier tipo de reproductor digital... En fin, cuando mi papá dejó de utilizar sus discos de acetato y obviamente el tocadiscos... mi hermano y yo lo utilizamos como juguete... hacíamos y deshacíamos con él... nos encerrábamos horas en el cuartito de los triques y soñabamos que éramos DJ's... je je je...
Una vez, mi hermano se agandalló el tocadiscos y no me dejaba usarlo... Lógicamente yo me enojé muchísimo y como tenía varios discos en mis manos.. comencé a aventarlos.. algunos en dirección de mi hermano y otros pa donde cayera... Obvio, hubo un quebradero de acetatos y yo me di cuenta del tamaño de la situación bastante tarde. De inmediato mi hermano me amenazó con acusarme (inche marica!), pero yo alegaba que diría que todo había sido culpa suya... (inche marica yo también, je!)... Ahí... en ese cuartito lleno de polvo y olvidos, mi hermano J.Luis y yo, hicimos uno de nuestros primeros pactos que nos convirtieron en cómplices obligados de muchas cosas que vendrían después...
- Si tu no rajas, yo tampoco digo nada, ¿va?.... -
- Sale!... Chín chín el quemariconee ¿eh? -
Pacto sellado con un apretón de manos y ojitos entrecerrados... (que quizá solo significan: donde vayas de chismos@, te parto todo lo que tienes de hocico eh?).
Recojimos los pedazos de acetato... los echamos hasta el fondo del bote de la basura... y el resto de los discos (los que se salvaron), los intercambiamos dentro de las fundas... quedó todo revuelto y olvidado en uno de los tantos ricncones polvosos del cuartito de triques.
* * *
La semana pasada al llegar a casa, como siempre, fui a saludar a mi papá... se me hizo raro escuchar música tan fuerte desde su habitación... pero a veces, cuando está muy contentito, pone sus rolas a todo volumen (y chínguese la bonita verdad?)... entré y lo vi con las manos llenas de... fundas de discos!!!!No sé si lo notó pero mis ojos se abrieron llenos de sorpresa... Volteó a verme y con una sonrisota me dijo:
¿Qué creés?, me compré un tocadiscos en un bazar.... Encontré todo revuelto allá atrás.... qué raro! Pero yo pensé que tenía más discos, ¿tú no sabes dónde están?.
Esteeeeeeeee, nop. Está chido el aparatito eh pá!!!