Con el insomnio como cómplice me encuentro en mi cama, tumbada boca arriba. Contemplo con inquietud cada rincón entre las vigas que atraviesan de lado a lado el techo de mi habitación… pienso en las noches de insomnio de mi papá soñando despierto en la construcción de esta casa que ahora es una realidad… Desafortunadamente él nunca tuvo una casa donde pasar horas y horas viendo el techo, perdiendo el tiempo, arrullándose en sus miedos para no sentirlos y pensando estupideces (como yo)… Desde muy pequeño tuvo la necesidad de salir a trabajar para apoyar con el sustento de la casa y, de cuarto en cuarto, de vecindad en vecindad…. planeaba, desde pequeño, esto que ya entonces sabía, sería escenario de tantas alegrías. Tenía que ser así: toda de ladrillo, con arcos dobles que rodean el amplio patio testigo de nuestra infancia (el fut, el básquet, los encantados; caídas, raspones, globazos… ), adornado con cientos de macetas y flores de deliciosos aromas y colores de intensidad natural….
Atrás, la pileta que de pequeños nos dio tanta diversión y a mi mamá, horas y horas de trabajo… Del lado derecho el cuartito de los triques, lleno siempre de misterios, magia, recuerdos y siendo siempre el lugar perfecto para que, el más valiente, se adentrara en él cuando de jugar a las escondidas se trataba…
La habitación de mis papás es el refugio perfecto después de un mal día, una pesadilla o cualquier preocupación que haga presa de cualquiera de los hijos… ningún otro lugar ayuda más a la recuperación de una caída, una cirugía o un simple dolor de cabeza…
La cocina, lugar inevitable de reunión familiar, desde ahí se sabe quién llega, quién se va… todos, sin excepción tienen que pasar enfrente, además de las razones obvias, es la cocina, duuuh!!!
La sala… puta, si esa habitación hablara… Esos sillones podrían contar historias jamás imaginadas, bueno, con 7 hermosas mujeres.. je je je… además de la de visitas: abuelos, tíos, primos, sobrinos, amigos, novios. En ese espacio se han realizado las mejores borracheras, con y sin presencia de los papás, ahí se han firmado contratos que no necesitan ser físicos para ser reales…
Hablemos de la salita de la T.V. qué momentos caray!. Ver una película siempre ha sido un buen pretexto, es el sitio de entrada libre para cualquier persona externa a la familia: los amigos, los novios, los admiradores cuasi amantes je je je, aunque hay quienes entran a “otros” lugares de la casa…
El abandonado estudio, ese espacio me lo dio mi papá para meter todas mis chunches… el restirador, mis chorrocientos libros, revistas, bocetos, maquetas, experimentos, bombas, ideas, sueños, frustraciones, desvelos, lágrimas, polvo….olvido y, como decidí llevar la computadora a mi habitación por comodidad ya ni paso por ahí….
Las habitaciones, ¿qué decir de ellas…? guardan la esencia respectiva de quien las habita, cada una distinta, especial, un misterio que almacena los secretos más íntimos de cada uno de los integrantes de esta familia y, por supuesto, cada una de ellas con vigas color café oscuro que atraviesan el techo de lado a lado….
Así repasé cada espacio, cada recoveco de esta casona que desde hace tantos años inició como un sueño y ahora es abrigo de otros tantos…
De paso en paso, de recuerdo en recuerdo, llego a la conclusión de cuán afortunada soy. El esfuerzo y sacrificio de mis papás han dejado profunda huella en mí, como alguna vez lo dije, no nací en cuna de oro pero agradezco que haya sido así. Me gusta saborear los frutos del esfuerzo, los sueños que sí se hacen realidad…
Atrás, la pileta que de pequeños nos dio tanta diversión y a mi mamá, horas y horas de trabajo… Del lado derecho el cuartito de los triques, lleno siempre de misterios, magia, recuerdos y siendo siempre el lugar perfecto para que, el más valiente, se adentrara en él cuando de jugar a las escondidas se trataba…
La habitación de mis papás es el refugio perfecto después de un mal día, una pesadilla o cualquier preocupación que haga presa de cualquiera de los hijos… ningún otro lugar ayuda más a la recuperación de una caída, una cirugía o un simple dolor de cabeza…
Un ritual muy común en casa, donde la sensibilidad es sinónimo de debilidad… es llegar a esa habitación, llena de juguetitos de porcelana, 3 aparatos de sonido (no me pregunten por qué), la gran televisión, olor a incienso, la tenue luz de las velas que alumbran esa pieza guadalupana que representa el fervor de la familia…recostarse en la cama junto a ellos, justo en medio y automáticamente papá acaricia mi cabello, mamá toma mis manos para hacerme saber que sea lo que sea, ellos están conmigo… No se necesitan palabras, simplemente estar ahí. Lo mismo pasa con mis hermanos, quién sabe qué extraña razón motiva esa conducta, en fin, hace años que yo no lo hago… pero lo extraño tanto. Ahora mismo me hace falta.
La cocina, lugar inevitable de reunión familiar, desde ahí se sabe quién llega, quién se va… todos, sin excepción tienen que pasar enfrente, además de las razones obvias, es la cocina, duuuh!!!
La sala… puta, si esa habitación hablara… Esos sillones podrían contar historias jamás imaginadas, bueno, con 7 hermosas mujeres.. je je je… además de la de visitas: abuelos, tíos, primos, sobrinos, amigos, novios. En ese espacio se han realizado las mejores borracheras, con y sin presencia de los papás, ahí se han firmado contratos que no necesitan ser físicos para ser reales…
Hablemos de la salita de la T.V. qué momentos caray!. Ver una película siempre ha sido un buen pretexto, es el sitio de entrada libre para cualquier persona externa a la familia: los amigos, los novios, los admiradores cuasi amantes je je je, aunque hay quienes entran a “otros” lugares de la casa…
El abandonado estudio, ese espacio me lo dio mi papá para meter todas mis chunches… el restirador, mis chorrocientos libros, revistas, bocetos, maquetas, experimentos, bombas, ideas, sueños, frustraciones, desvelos, lágrimas, polvo….olvido y, como decidí llevar la computadora a mi habitación por comodidad ya ni paso por ahí….
Las habitaciones, ¿qué decir de ellas…? guardan la esencia respectiva de quien las habita, cada una distinta, especial, un misterio que almacena los secretos más íntimos de cada uno de los integrantes de esta familia y, por supuesto, cada una de ellas con vigas color café oscuro que atraviesan el techo de lado a lado….
Así repasé cada espacio, cada recoveco de esta casona que desde hace tantos años inició como un sueño y ahora es abrigo de otros tantos…
De paso en paso, de recuerdo en recuerdo, llego a la conclusión de cuán afortunada soy. El esfuerzo y sacrificio de mis papás han dejado profunda huella en mí, como alguna vez lo dije, no nací en cuna de oro pero agradezco que haya sido así. Me gusta saborear los frutos del esfuerzo, los sueños que sí se hacen realidad…
* * *
P.D. Hey.... galleta!!!, tsss tssss.... Gracias.... !!!
P.D. 1 Crayola, te extraño... ¿Pa qué me mal acostumbras a estar ahí?
P.D. 2 Deseénme suerte... Hoy comienza mi aventura diseñil... y humana...
P.D. 3 Sólo por hoy... besos harrrtos y abrazos a mis 2 que 3 lectores.... éjele!!!, luego les cuento un chisme... nomás dejen que haga montoncitos de coherencia y harrrto valor ;)
P.D. 4 PepeGrillo manda saludos también (¿ya? ¿contento?... chale, me cae que te subes al ladrillo y te mareas!!)